Todos hemos escuchado que existen grasas buenas y grasas malas. Los ácidos grasos omega-3 pertenecen al tipo bueno y ultra necesario para nuestro cuerpo. Es decir, cuando hablamos de grasa, esta no pertenece al tipo que quieres reducir. No solo que nuestro cuerpo la necesita para funcionar normalmente, sino que además ofrece grandes beneficios para la salud.

Existen tres tipos principales de ácidos grasos omega-3: el ácido alfa-linolénico (ALA), el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA). Nuestro cuerpo no puede sintetizarlos de modo que debemos obtenerlos a través de los alimentos. Actualmente, no existe una dosis fija recomendada para el consumo de adultos.

Alimentos ricos en Omega 3

Buenas fuentes de alimentos ricos ácidos grasos omega-3 incluyen pescados como el atún, salmón y sardinas. También lo puedes encontrar en las anchoas y en el hígado de bacalao.

Si estás buscando opciones vegetarianas, te recomendamos consumir linaza, nueces, soja y tofu. También se encuentra presente en los vegetales de color verde oscuro como el brócoli.

Otro secreto para mejorar la proporción de omega-3 en la sangre, es comer menos alimentos con omega-6 como la carne roja, huevos y algunos tipos de aceites. De hecho, en Estados Unidos muchas personas consumen entre 14 y 25 veces más omega-6 que omega-6, causando un desequilibrio que los hace más propensos a ciertas enfermedades. La relación ideal debería ser de 2:1.

Cómo ayuda a tu salud

Consumir cantidades adecuadas de omega-3 puede ayudar a reducir los niveles elevados de triglicéridos en la sangre. Al nivelar los niveles de grasa, se reducen los riesgos de sufrir una enfermedad cardíaca.

Si sufres de artritis reumatoide, tu doctor podría aconsejarte a ingerir suplementos de aceite de pescado para reducir la rigidez y el dolor articular. Los suplementos de omega-3 también parecen aumentar la efectividad de los medicamentos antiinflamatorios.
Según algunas investigaciones, ciertas culturas que consumen alimentos altos en omega-3 tienen niveles de depresión más bajo. El aceite de pescado también podría aumentar los efectos de los antidepresivos y ayudar a mejorar  los síntomas depresivos del trastorno bipolar.

Otro beneficio de este compuesto es reducir la inflamación, un componente clave en el Asma. Sin embargo, no existe suficiente evidencia para demostrar si los suplementos de aceite de pescado mejoran la función pulmonar.

Lo mismo sucede con el Alzheimer. Algunos estudios sugieren que los omega-3 ayudan a nuestro cerebro a protegerse contra esta enfermedad y que tienen un efecto positivo para frenar la pérdida gradual de la memoria relacionada al envejecimiento. Las investigaciones con respecto a este tema continúan.

Ya sea que estás tratando de prevenir una enfermedad o mejorar tu bienestar general, consumir omega-3 es clave en una dieta equilibrada. Puedes notar una gran diferencia agregando a tu dieta semanal un manojo de nueces y una porción de salmón.