Dicen que en cuerpo sano, mente sana. Sin embargo, también existen maneras de mantener la mente lista, activa y enfocada, pues definitivamente el cerebro necesita ejercitarse. Siempre hay que tener en cuenta que el bienestar del organismo debe ser integral.

Pero, ¿cómo trabajar el cerebro? La recomendación básica es sencilla: usándolo. Leer libros, aprender nuevos idiomas, asistir a charlas académicas o culturales, visitar un museo, jugar juegos de mesa o salón, escuchar la radio y aprender nuevas canciones, incluso los videojuegos, son actividades estimulantes para la mente.

El uso de los dos hemisferios del cerebro incita a una mejor coordinación de movimientos, equilibrio y memoria. Por ejemplo, se puede intentar comer o escribir con la otra mano, caminar de espaldas, utilizar rutas distintas de camino a casa o incluso vendarse los ojos y probar distintos alimentos. Pero resultaría aún mejor si algunas de estas rutinas o actividades se realizan con amigos. Mantener conversaciones y socializar contribuye a que la mente esté ágil y activa.

Cierto tipo de entrenamiento cardiovascular también contribuye a mantener una mente sana. Caminar o nadar potencia la imaginación y planificación. Hay personas que mientras caminan, ya sea al aire libre o en gimnasio, piensan en las tareas que tienen pendientes y en su mente crean agendas ‘virtuales’ o desarrollan alguna idea original. Esto ocurre porque el incremento de los latidos cardíacos estimula la mente.

En ocasiones las personas se preocupan porque olvidan sus pendientes. Quizá es la cantidad de tareas que se realizan en un mismo día. Para esto, ayuda mucho escribir las cosas que se va a realizar al día siguiente, llevar una agenda o crear un calendario con recordatorios. Otra dinámica es escribir la lista del supermercado e intentar hacer la compra sin mirar la lista. Al final se puede comprobar qué se recordó de memoria y qué se dejó olvidado.

¿Qué hay de la dieta? Debe ser balanceada. Alejarse de los alimentos que tengan alto grado de colesterol o que provoquen obesidad. Está comprobado que estas condiciones pueden desencadenar en demencia. En principio no es necesario ir al nutricionista, pero sí tomar en cuenta que el consumo de frutas y verduras de todos los colores es indispensable. Evitar las grasas saturadas y cambiarlas por grasas vegetales que se encuentran en el aguacate, los frutos secos o las aceitunas. Lo mismo sucede con las bebidas. El alcohol no es bueno para el cerebro y no debe excederse más de una bebida al día.

Además de escuchar la radio o bailar, la música en general juega un rol sumamente importante. Incitar a los niños a que aprendan a tocar un instrumento musical les resultará beneficioso en el futuro, Claro que nunca es tarde para aprender, pues los adultos también pueden introducirse en estas prácticas.

Finalmente se debe tomar en cuenta que la relajación es de vital importancia para el cerebro. Las personas que pasan estresadas por temas personales o laborales están expuestas a más enfermedades, incluso nerviosas. Practicar yoga, meditar, reír y disfrutar de la vida sin darle tantas vueltas a lo que agobia, es una especie de terapia mental.

Evidentemente esto también se relaciona con el número de horas de sueño que no deben ser menos de siete al día, tratando de que sean ocho. La falta de horas de sueño está directamente relacionada con el estado de ánimo y la falta de concentración.

Lo cierto es que trabajar y mantener activo el cerebro ayudará a desarrollar poder mental. Y recuerda que también puede funcionar a la inversa: en mente sana, cuerpo sano.