El cáncer colorrectal es una de las principales causas de muerte por cáncer en Estados Unidos, ¿por qué? porque esta enfermedad es silenciosa o asintomática en su fase inicial. Cuando los síntomas se presentan -dolor abdominal, sangre en las heces, diarrea y pérdida de peso- suele encontrarse en una etapa avanzada.

Este tipo de cáncer ocurre cuando aparecen células anormales en el revestimiento del intestino grueso o el colon. Primero crecen como pólipos, que pueden ser adenomas o hiperplásticos. Se presenta en hombres y mujeres, comúnmente mayores de 50 años. También son más propensos los familiares de personas con cáncer de colon o quienes han padecido previamente enfermedades intestinales, pólipos en el intestino o colon irritable.

Para diagnosticar el cáncer colorrectal es indispensable realizar una colonoscopia, un exámen que a partir de los 50 años debe hacerse cada 10 años. Este procedimiento consiste en una especie de tour por el intestino,con un tubo y una cámara, hasta llegar al colon. Esto permite visualizar los pólipos y de ser necesario extraer una muestra para biopsia.

La colonoscopia suele causar temor en los pacientes. Existen otros procedimientos para revisar el colon, pero en caso de alguna anomalía, la colonoscopia es indispensable. Por ejemplo está la colonoscopia virtual, que hace un modelo 3D del colon sin necesidad de introducir el tubo. Aunque es menos invasivo, también es menos preciso, pues no detecta pólipos pequeños. Los médicos también utilizan el enema de bario, un test con rayos X y bario. El bario es un líquido que hace que los pólipos se hagan visibles con los rayos.

Cuando los síntomas estomacales son persistentes se puede comenzar por exámenes de laboratorio como seriados de heces. Ya existen tests que alertan sobre DNA maligno. Si da positivo una visita al especialista es necesaria.

En cuanto al tipo de tratamiento, dependerá de la fase en que se encuentre. En fase cero, cuando apenas está comenzando, las células malignas aparecen en el revestimiento del intestino o del colon, pero conforme avanza se expande hacia las capas musculares, invade tejidos exteriores y luego se puede regar a otros órganos como el hígado, los pulmones o los huesos. En fases iniciales una cirugía puede extraer todas las células malignas, en fases dos o tres es necesario también quimioterapia o radioterapia.

El cáncer colorrectal es tan agresivo que la esperanza de vida de un paciente en fase uno es de cinco años. Sin embargo, cada paciente reacciona distinto al tratamiento y siempre puede haber excepciones, tanto positivas como negativas. Por su parte, el universo del cáncer es tan complejo, que hay pacientes que además de una cirugía necesitan radioterapia para eliminar el restante de células malignas.

¿Cómo prevenir esta enfermedad? Si bien se mencionaron factores de riesgo que no se pueden controlar: pacientes de enfermedades intestinales, familiares con cáncer de colon, personas a las que se les ha extirpado pólipos; también hay riesgos que sí se pueden controlar. El consumo de alcohol y cigarrillo en exceso potencian la probabilidad de contraer este tipo de cáncer. Una dieta cargada en carnes rojas o embutidos, obesidad y sedentarismo están ligados a la enfermedad. Así que se recomienda disminuir el consumo de carnes procesadas, evitar el alcohol y comer muchas verduras, granos y cereales.

De igual forma, hay que ponerle un alto al sedentarismo. Está comprobado que las personas activas tienen un 24% menos de probabilidad de padecer este tipo de cáncer. Y no te preocupes, no necesitas correr una maratón. Si se realiza al menos 20 minutos de ejercicio al día, es suficiente para mantener un estilo de vida más saludable y distanciarse del cáncer colorrectal.