Mano de dos personas

Una mujer que sufre cualquier tipo de abuso o acoso sexual ya sea verbal, físico o psicológico, piensa que está sola. Pero la realidad mundial nos dice otra cosa, lamentablemente. Un análisis global, con los pocos datos que se tienen, revela que alrededor del 70-80% de mujeres en el mundo han sufrido acoso sexual. Revisemos cuál es el escalofriante panorama según regiones.

¿Cuántas mujeres podrían relacionarse con esta situación?

Caminando por la calle, sola, y se cruza con un grupo de chicos, sin tener ningún lugar adonde ir. Su guardia sube, se siente alerta y temerosa y espera a muchas cosas que podrían pasar; pueden ser las palabras «oye, guapa» o «oye sexy» o “¿por qué tan sola?”. También podría ser algo más intencional: pararse en el camino o bloquear su paso con la esperanza de alguna interacción. O incluso podría ser más agresivo, con las manos llegando a lugares inapropiados. La respuesta es: TODAS.

El espectro es extenso, incluso con el potencial riesgo de que se torne violento y llegue al abuso físico o la violación. «La violación es una consecuencia extrema del acoso sexual», dijo Rachel Jewkes, directora del programa global “Lo que funciona para prevenir la violencia contra las mujeres y las niñas”. Pero hay una gama de comportamientos en el intermedio. Es cuando se analizan estas situaciones, precisamente, cuando se explica la diferencia del término “violencia de género”, porque el ataque, acoso o maltrato se debe a una sola razón: que seas mujer.

Lastimosamente, el acoso sexual es un integrante de la vida cotidiana, particularmente en lugares públicos, cree Jewkes. «Se usa para restringir la libertad de una mujer».

La reciente campaña #MeToo (a mi también), citada por actrices, denunciando la cantidad de abusos sexuales que se cometen en el mundo artístico, sacó a relucir una problemática mundial. Ya que, artista o no, la campaña se viralizó masivamente, cuando cada mujer que ha padecido cualquier tipo de acoso, la utilizó.

Este acontecimiento, les mereció el título de “Persona del año” en el TIMES, a todas las mujeres que tuvieron el valor de denunciarlo. Y ha demostrado la uniformidad del problema, independientemente del país y la cultura. Es así, como el 2017 deja al mundo al menos una cosa clara: el acoso sexual está en todas partes.

Al tratar de cuantificar el problema a nivel mundial, la primera limitante fue la mínima cantidad de informes y datos, que limitan a los expertos a proporcionar cifras exactas para ayudar a probar y trata de resolver el problema. Pero en función de lo que está disponible, así es como se ven los números globalmente.

Asia

Asia

La realidad es muy dura. «Existe un empoderamiento masculino masivo, especialmente en el sur de Asia», dijo Jewkes, «Los espacios públicos son manejados por hombres. Perciben la propiedad de todos los lugares públicos», dijo, y agregó que las normas sociales, les permiten a los hombres sentirse de esta manera y, a su vez, acosar a las mujeres.

La violación en grupo de una joven estudiante en un autobús en Nueva Delhi, India, en 2012 llamó la atención sobre el tema en ese país. La investigación realizada por la organización benéfica internacional ActionAid en 2016 descubrió que el 44% de las mujeres encuestadas en India habían sido manoseadas en público. A consecuencia de dicha inseguridad, surge la excusa perfecta para evitar que mujeres y niñas salgan de casa o acudan a la escuela.

Los datos de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de la Mujer, también conocida como ONU Mujeres, revelan que en Asia, 4 de cada 10 mujeres ha experimentado violencia sexual o física a manos de su pareja

Los números son similares en Bangladesh, donde el 84% de las mujeres había experimentado comentarios despectivos o avances sexuales en público. Y lo peor es que más de la mitad dijo que habían sido acosadas ​​por personas que operan el transporte público. Ahí, se estima que más de la mitad de las mujeres han sufrido abuso físico o sexual por parte de su pareja, según datos de ONU Mujeres.

Al este del continente, en Camboya y Vietnam, por ejemplo, el problema continúa y se agrava, con más de 3 de cada 4 mujeres que sufren acoso y comentarios sexuales, según informes de Actionaid. Y más del 40% de las mujeres informaron sentirse inseguras en lugares donde se reúnen muchos hombres jóvenes.

Medio Oriente y África del Norte

medio oriente

Curiosamente, una región donde la campaña #MeToo ha sido bastante más tranquila es el mundo árabe. Los expertos creen que la carga del acoso y el abuso allí es tan abundante como en cualquier otra región, pero que la represión para alzar la voz es grande y muy limitante.

«Hay muchas razones detrás de este silencio», dijo Lina Abirafeh, directora del Instituto de Estudios de la Mujer en el Mundo Árabe, en Líbano. «He escuchado denuncias en silencio, pero la gente está asustada». Ella enfatizó el estigma y la vergüenza asociados a denunciar experiencias de acoso o agresión sexual.

Aunque se podría argumentar que la vergüenza y el estigma son universales, Abirafeh dice que es particularmente un problema en el mundo árabe, donde las mujeres corren el riesgo de perder su trabajo y su familia al denunciar. Algunas familias incluso pueden matar a sus hijas si ya no son vírgenes, agregó.

«El patriarcado sigue siendo muy fuerte aquí», dijo. «Existe el derecho y el sentimiento de “siempre lo hemos hecho” y el acoso sexual no está mal«. Además que, “existe una posibilidad minúscula de justicia si denuncian algún acto de violencia» dijo.

En Egipto, un informe de 2013 de ONU Mujeres reveló que el 99% de las mujeres encuestadas en siete regiones del país habían sufrido algún tipo de acoso sexual. Un informe de Harassmap, una empresa cuya aplicación apunta a permitir que las mujeres reporten las regiones inseguras de la capital, El Cairo, descubrió que más del 95% de las mujeres de la ciudad habían sido acosadas.

Abirafeh agregó que los motivos de los altos niveles de acoso y violencia contra las mujeres en los 22 estados árabes «son diversos». Algunos países practican activamente la mutilación genital femenina, y otros muestran informes de que las mujeres a menudo son víctimas de violencia sexual o violación.

El matrimonio infantil es común en algunos países, como Somalia y Yemen, según el Population Reference Bureau, y solo recientemente países como Jordán revocaron los terribles hoyos legales que permitían que los violadores salgan libres, si se casaban con sus víctimas. Líbano anunció planes en el 2016 para poner fin a su ley, pero otros ocho estados árabes todavía tienen leyes que permiten esta atrocidad.

«No estamos funcionando muy bien en la región en general», dijo Abirafeh. «Todo se trata de poder y control».

África occidental y subsahariana

Personas de Africa

El acoso afecta a millones de mujeres en toda África, pero en esta región, la violencia sexual es más común. Más del 50% de las mujeres en Tanzania informaron violencia por parte de sus parejas en un reciente informe de la Organización Mundial de la Salud, y esa cifra aumentó al 71% en Etiopía.

En Nigeria, las tasas de matrimonio infantil son más del 43%, según ONU Mujeres. Y 6 de cada 10 menores de 18 años han experimentado alguna forma de violencia física, emocional y sexual, según la Comisión Nacional de Población en Nigeria.

En Sudáfrica, solo el 12% de las mujeres se sienten seguras de los abusos verbales o físicos en sus propios vecindarios, y el 80% de las encuestadas había experimentado alguna forma de abuso en el último año, según ActionAid.

«Hay una gran cantidad de acoso sexual, pero no restringe los movimientos de una mujer de la misma manera que en Asia”, dijo Jewkes. «No es una cultura basada en el honor o sobre la castidad de una mujer por parte de los miembros de la familia».

En el sur de África, la violencia contra las mujeres es alta. «Hay una amenaza mucho mayor de violación» en comparación con otras regiones, dijo. Según la organización sudafricana Rape Crisis, más de 53,000 violaciones fueron reportadas a los Servicios de Policía de Sudáfrica en el 2014 y 2015, lo que se tradujo en casi 150 violaciones por día, sin contar con todos los casos que no se denuncian.

«Las niñas en Zimbabwe son particularmente vulnerables a la agresión sexual, el matrimonio infantil y la prostitución debido a la pobreza extrema. No pueden luchar por sí mismas», dijo Brennocks, cofundadora del Centro Sandra Jones, una casa para huérfanos y niños en crisis.

«Una niña corre un gran riesgo cuando denuncia un abuso sexual. Si vive con parientes, corre el riesgo de ser expulsada de su hogar. Si el abusador es el sostén de la familia y es encarcelado, la familia no tendrá apoyo financiero, ni medios para sobrevivir. Cuando ese es el caso, a menudo golpean a la niña y la maltratan. Si la niña queda embarazada, a menudo la obligan a tener un aborto, en circunstancias deplorables», dijo.

Estados Unidos y Canadá

Estatua de la libertad

La enorme cantidad de acoso y abuso sexual en Occidente se evidenció más que nunca con las recientes y numerosas acusaciones en contra de hombres en diversas posiciones de poder.

«Y no es solo Hollywood. Ver a las mujeres como objetos, propiedad y tener menos valor que los hombres es algo que todos los hombres han aprendido, incluso por ‘hombres bien intencionados'», recalca Ted Bunch, cofundador de Prevención de la violencia y el grupo de socialización A Call to Men.

Según una investigación realizada por Stop Street Harassment, una organización sin fines de lucro, el 65% de las mujeres estadounidenses ha experimentado algún tipo de acoso callejero, el 23% ha sido acosada sexualmente y el 37% no se siente segura caminando a casa por la noche.

En comparación con otras regiones del mundo, los niveles de acoso son menores en América del Norte, y la violación es menos común. De los casos reportados es más probable que se deban a una violación por parte de la pareja. De acuerdo con el sitio web Sex Assault Canadá, el 80% de los incidentes de agresión sexual ocurren en el hogar de las personas, y solo del 1% al 2% de las violaciones se denuncian a la policía.

Europa

Europa

La información disponible de las tasas de abuso que enfrentan las mujeres en Europa, es muchos más precisa, gracias a una amplia encuesta realizada en 2012 por la Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, que conforma la base de datos más completa sobre experiencias de violencia en el mundo.

Dinamarca tuvo el mayor número de abuso sexual y físico, cuando todos los factores se combinaron: con un 52% de las mujeres afectadas. Cuando se desglosaron, los datos muestran una mayor probabilidad de violencia física contra las mujeres en Escandinavia y más abuso específicamente por parte de la pareja en Letonia, Escandinavia y el Reino Unido.

En Londres, más del 40% de las mujeres habían sufrido acoso sexual en la calle y el 35% de las mujeres habían experimentado contacto sexual no deseado.

America latina

Persona con cuandros

Y no, las noticias no son nada buenas para nuestra región. Si es que se escandalizaron cuando leyeron las cifras en Asia, es importante y alarmante saber que enfrentamos los mismos desafíos que Asia, en términos de hostigamiento y abuso normalizados por la cultura y la sociedad.

Y no solo que lo sabemos,sino que lo vivimos a diario. “Muchos se ríen del tema, incluida la policía, lo que deja a las mujeres incapacitadas para hablar”, dijo Yeliz Osman, coordinadora del programa Ciudades Seguras de ONU Mujeres para México.

«Está normalizado por hombres y mujeres», dijo Osman. Las mujeres no lo denuncian, los transeúntes no intervienen y la policía no se lo toma en serio, dijo.

La investigación realizada por ActionAid en Brasil encontró que el 86% de las mujeres encuestadas había sido objeto de acoso o violencia en público, y preocupantemente, el 84% informó haber sido acosada sexualmente por la policía. Situación que se reproduce en nuestro país, en donde muchas mujeres temen cuando hay un policía cerca.

En el caso de México, Osman agrega que los niveles de acoso son muy altos. «Son alrededor de 9 de cada 10 mujeres, dependiendo de la ciudad», dijo. Ella cree que México, así como la mayoría de Latinoamérica, enfrentan el problema arraigado del machismo, y cuando esto se combina con una infraestructura deficiente, un transporte sobrepoblado y el hecho de que las mujeres tienen que trabajar hasta tarde o en horarios inusuales, las oportunidades son abundantes.

Y si a esto se le agrega impunidad y falta de conciencia y educación sobre el problema, lo único que se puede obtener son altas tasas de abuso. Porque para rematar, «las leyes tampoco lo abordan» agregó Osman.

En la Ciudad de México, el 96% de las mujeres encuestadas por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, había experimentado algún tipo de violencia sexual en espacios públicos, y el 58% había sido manoseada.

Australia y el Pacífico

El pacífico

El acoso y la violencia no dejan libre a ninguna región. A pesar de las diferencias culturales y de desarrollo, Australia, Fiji y Papúa Nueva Guinea tienen una gran proporción de mujeres que enfrentan acoso sexual, como parte de su vida cotidiana.

Los datos australianos denotan que el acoso callejero es su problema mayor, el 87% de las mujeres encuestadas informan alguna forma de acoso en lugares públicos y el 40% dice no sentirse segura caminando en sus vecindarios por la noche.

En Papúa Nueva Guinea, la situación es más violenta, el 77% de las mujeres ha experimentado algún tipo de violencia sexual en el transporte público o en las paradas de los mismos. Jewkes cree que el sistema educativo deficiente sumado a la pobreza extrema, son la base del problema.

Los tres expertos creen que este es el momento de aprovechar la ola de atención mundial sobre el grave problema expuesta, ya que ha sido una realidad ignorada por las mujeres durante siglos.

El camino a seguir es poner “más énfasis en lo que funciona, y más inversión para que suceda”, ella cree. «Se trata de normas sociales fundamentales en torno a las relaciones de género».