Mantener un sistema inmunológico en buenas condiciones, capaz de enfrentarse a todo lo que se le ponga delante, es algo que está en nuestra mano si introducimos una serie de hábitos en nuestra vida que contribuyan a fortalecerlo. ¿Qué hábitos? Pues estos:

Relájate

El estrés en una cantidad adecuada puede ser algo bueno ya que ayuda a nuestro cuerpo a prepararse para enfrentar un reto, pero si dura demasiado se vuelve malo y debilita nuestras defensas. Por lo tanto, evita cuanto puedas las situaciones estresantes de larga duración y procura relajarte y hacer cosas que disfrutes de manera habitual.

Ten sexo con más frecuencia

No es solo que una relación sexual te haga sentir placer, sino que también es buena para tu salud. Hay estudios que han encontrado que la frecuencia con la que tenemos sexo se relaciona con tener un sistema inmunológico saludable: aquellos que lo hacen con más frecuencia tienen niveles más altos de sustancias que nos sirven para combatir las bajas temperaturas.

Búscate un compañero peludo

Los perros y otras mascotas no solo nos hacen compañía, sino que nos dan una razón para hacer ejercicio y además complementan nuestra saludo de otras maneras. Por ejemplo, se sabe que los dueños de mascotas tienen la presión arterial y los niveles de colesterol más bajos, además de corazones más saludables. En el caso de los perros, contribuyen a mejorar la respuesta inmunológica de los niños y pueden hacerlos menos propensos a padecer alergias.

Fortalece tu red social

Y no hablamos de Facebook, sino de la estructura social que hay a nuestro alrededor. Todos sabemos que los amigos son importantes, pero los lazos sociales fuertes también pueden tener un gran efecto en la salud. Es probable que las personas con relaciones saludables sobrevivan a aquellas que tienen lazos sociales pobres. ¿Quieres ampliar tu círculo de amistades? Participa en alguna organización como voluntario, acude a clases o talleres, o únete a grupos con intereses comunes. Y alimenta los lazos ya existentes: no debes dejarlos de lado.

Mira el lado bueno

Cuando tienes una mentalidad positiva, las defensas de tu cuerpo funcionan mejor. ¿Quieres mantenerla y alimentarla? Entre otras cosas, disfruta de todas las experiencias que te brinda la vida, tanto pequeñas como grandes, saboreándolas de verdad. Incluso en los tiempos difíciles, conserva la esperanza de que todo mejorará y trata de no pensar solo en las cosas negativas.

Ríete un rato

Está comprobado que reírse es una actividad saludable, aunque todavía no haya una seguridad completa de que signifique padecer menos enfermedades a largo plazo. Sin embargo, un estudio descubrió que, después de que los participantes se rieron en voz alta viendo unos vídeos humorísticos, su sistema inmunológico funcionó mejor.

Ponle color a tu almuerzo

Las frutas y verduras coloridas están llenas de antioxidantes. Estos nutrientes protegen contra los radicales libres, que son moléculas que pueden dañar nuestras células. Para obtener una amplia gama de ellos recurre a las naranjas, los pimientos verdes, el brócoli, el kiwi, las frutillas, las zanahorias, la sandía, la papaya, y el melón.

Muévete

El ejercicio es una forma sencilla de acelerar nuestras defensas. También puede aliviar el estrés y hacer que seamos menos propensos a contraer osteoporosis, padecer enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer. Con media hora al día es suficiente y no tiene que ser una actividad física muy elaborada. Cualquier cosa que haga que nos movamos puede ayudar: montar en bicicleta, caminar, hacer yoga, nadar o incluso jugar al golf.

Duerme bien

Sin una buena noche de sueño, nuestro sistema inmunológico no tendrá la fuerza que necesita para combatir enfermedades. La mayoría de los adultos necesitan entre 7 y 9 horas de sueño por noche. Para poder conciliar el sueño mejor, es necesario que te ajustes a un horario regular para acostarte, mantenerte activo durante el día, evitar la cafeína y el alcohol cerca de la hora de irte a la cama, mantener el dormitorio fresco y darte tiempo para relajarte al final del día.

Reduce el consumo de alcohol

El alcohol juega un papel importante en cómo socializamos, pero consumir demasiado puede debilitar tus defensas y hacer que te enfermes con más frecuencia. ¿Cuánto es demasiado? Más de dos tragos al día para los hombres y más de uno para las mujeres.

Eliminar el hábito de la nicotina

Hazle un favor a tu sistema inmunológico y deja de fumar. Si te lleva un par de intentos antes de renunciar para siempre, ten paciencia y no renuncies a seguir intentándolo. Pídele consejo a tu médico sobre cómo conseguirlo y aléjate también del humo de segunda mano.

Lávate las manos

Deshazte de los gérmenes antes de que tu cuerpo tenga que luchar contra ellos. Usa jabón y agua corriente limpia durante al menos 20 segundos. Si no tienes acceso a jabón y agua, un desinfectante de manos puede ayudar (a menos que tu piel esté cubierta de suciedad y grasa). Sólo debes ser consciente de que no eliminará todos los gérmenes y otras cosas malas. Procura usar uno con al menos un 60% de alcohol.