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Uno de los grandes anhelos de la humanidad ha sido siempre la inmortalidad. Pero dado que esta es imposible (al menos por ahora, seamos optimistas), nos hemos centrado en tratar de descubrir las causas por las que algunas personas en zonas concretas del mundo viven más tiempo que otras.

Uno de esos sitios es el pueblo de Tiana, situado en las colinas del centro de Cerdeña, Italia, a 2 horas de la capital, Cagliari. En tiempos recientes, Tiana se ha convertido en un centro de atracción para los científicos debido a la longevidad de sus habitantes.

Según explicó a CNN el dr. Giovanni Pes, médico y demógrafo, «Los hombres residentes aquí son diez veces más propensos a alcanzar la edad de 100 años que los hombres en el resto de Italia». Como muestra, se puede tomar a uno de los residentes de Tiana, Bonario Zedda, que nació en 1918 y que, por tanto, cumplirá 100 años el 9 de mayo de este año. Zedda cuenta que su tío murió a la venerable edad de 113 años.

Esta tendencia a tener una vida centenaria es lo que ha hecho que la población de Tiana haya sido examinada con detenimiento, tratando de encontrar los factores que influyen en esa longevidad. En casi todas las ocasiones, se ha hecho desde un punto de vista meramente biológico. Pero ahora se están empezando a tener en cuenta otros elementos. Y uno de ellos es la vida social de los tianesis.

Somos criaturas sociales y eso es importante

Según declaró a CNN Paul Hitchcott, del departamento de psicología de la Universidad de Cagliari, los habitantes de Tiana experimentan bajos niveles de depresión y, según él, estos no se deben a que vivan una vida idílica en las montañas: «Hay algo en esta población y su estilo de vida que les da una mayor resistencia a los golpes normales que reciben las personas mayores».

La clave precisamente parece estar en ese estilo de vida mencionado. Porque por el lado biológico, los resultados que han ofrecido las investigaciones no han sido reveladores.

Según Pes, «Hace 20 años casi todo el mundo estaba convencido de que la explicación era genética» ya que la población de Cerdeña tiene una brecha en el fondo genético de otras poblaciones europeas debido a que fue una población aislada.

Sin embargo, Pes terminó por desilusionarse de esa aproximación al tema: «Hemos explorado los genes de muchos candidatos, pero me decepcionó. Aprendí a pasar a un enfoque más amplio, a estudiar la longevidad adoptando un enfoque multidisciplinario».

En este nuevo enfoque se tiene en cuenta la influencia que tiene la vida social en la longevidad de los individuos. Y es que esta podría ser mucho más importante de lo que hemos podido considerar hasta ahora.

Según la prof. Sarah Harper, del Instituto Oxford de Envejecimiento de la Población, «muchas investigaciones están estudiando las relaciones sociales y cómo las redes sociales, evitando la soledad por ejemplo, pueden ayudar a alguien a vivir una vida más larga. No es sólo la comida y el ejercicio lo que es importante. El mundo social en el que vivimos es realmente importante».

Harper afirma que «Los seres humanos no podemos estar solos. Desde que nacemos, tenemos contactos sociales, somos parte de un sistema, parte activa del mismo, y mantener este estatus es fundamental. Porque si te involucras en muchas actividades, físicas o culturales, significa que también tu mente es más eficiente. Esto se mantiene en los últimos años de vida, es crucial».

Por el momento, parece que no se ha llegado a hallazgos concluyentes. Pero todo parece indicar que tomar en consideración la relación con los otros como un factor importante para nuestra salud es un rumbo acertado. Y cada vez cobra más peso la teoría de que la clave para la longevidad no es solo física, sino también psicológica.