Existe la creencia generalizada de que la depresión posparto es algo que solo puede afectar a las mujeres, cuando esto no es así en realidad: también afecta a muchos hombres. Según un estudio realizado en 2010, 1 de cada 10 hombres entran en depresión poco antes o después de la llegada del recién nacido. Esta es una cifra tan solo ligeramente menor a la tasa que existe entre las mujeres. Además, algunos investigadores dieron a conocer en su momento que los padres jóvenes corren un mayor riesgo de caer en una depresión durante los primeros años de paternidad.

Según explica Michael W. O’Hara, profesor de psicología en la Universidad de Iowa, muchos profesionales de la salud saben que esto es algo que está sucediendo, pero no saben mucho acerca de ello: «La gente ha empezado a fijarse en la depresión posparto en los hombres durante los últimos años, pero todavía es algo que permanece fuera del radar». Y es que, como cuenta O’Hara, no está claro todavía que haya un vínculo entre el nacimiento de un bebé y la depresión del padre, pero cambios como la pérdida de sueño, el cambio de las dinámicas familiares y las grandes responsabilidades adquiridas pueden incrementar el riesgo de sufrirla.

O’Hara recomienda que, si eres un nuevo o futuro padre o conoces a alguien que lo sea, hay que prestar atención a la posibilidad de que se produzca depresión. Y esto no solo resultará perjudicial para ti sino también para el bebé, pues las personas deprimidas tienden a ser menos conscientes sobre la seguridad de la criatura.

Por lo tanto, para que la transición a la paternidad sea un poquito más sencilla, resulta importante estar alerta ante las señales de depresión. Hay que observar los cambios que se producen en uno mismo. Dormir y comer poco, tener menos energía de lo habitual y disfrutar menos de las pequeñas cosas del día a día son síntomas de depresión. O’Hara anima a que si un hombre no está en su estado de ánimo normal durante varias semanas, busque ayuda.

Es importante conseguir alcanzar un nivel profundo de sueño, aunque tras que llegue el recién nacido a casa, suena más fácil decirlo que hacerlo. Pero es algo crucial ya que la falta de sueño puede hacerte más propenso a la depresión. O’Hara explica que «Al principio, lo más importante es tratar de tener un horario de sueño razonable». Si es necesario, hay que recurrir a echarse siestas. Y también es bueno elaborar un horario de descanso con su esposa o pareja.

Pero sobre todo, hay que hablar. No es algo en lo que una persona esté sola, así que hay que hablar con la pareja acerca de lo que ambos esperan y contarle como se encuentra. O’Hara dice que hay que ser tan abierto como sea posible con ella, incluso si es algo que parece difícil de hacer.

Por otra parte, la doctora Pamela S. Wiegartz, asistente de profesorado de psicología en la Harvard Medical School y coautora del libro «The Pregnancy and Postpartum Anxiety Workbook» explica que si han existido episodios graves de depresión en el pasado, ese historial puede ser de ayuda para estar alerta a los signos que preceden a uno.

Además de ser consciente de los cambios en el estado de ánimo y el comportamiento después del nacimiento del hijo, se puede intentar modelar el entorno de una forma saludable. Para hacer eso, es bueno reforzar el sistema de apoyo social, fomentar una relación de colaboración con la pareja y planificar maneras de continuar con el cuidado de uno mismo.

La depresión posparto en los hombres es una realidad. Pero como vemos, no se trata de algo que no se pueda superar si se toman las medidas adecuadas como conversar con la pareja, exteriorizar las inquietudes y buscar ayuda profesional cuando lo considere necesario.