¿Qué es?

La neumonía de la comunidad es una infección pulmonar aguda, y aunque por años ha sido llamada “pulmonía”, lo correcto es llamarla neumonía. Muchos microorganismos, como bacterias, virus u hongos, pueden causarla. Aunque también se puede desarrollar después de inhalar líquidos o químicos.

Este tipo de neumonía ocurre en personas que no hayan estado recientemente en el hospital u otro centro de atención médica, como un hogar de ancianos o un centro de rehabilitación, sino que se contrajo en la comunidad. Cuando la neumonía afecta a las personas en centros de atención médica, tales como hospitales, se denomina neumonía intrahospitalaria o nosocomial.

La infección inflama los sacos aéreos llamados alvéolos de uno o ambos pulmones, mismos que se pueden llenar de líquido o pus, en lugar de aire que es lo normal, lo que provoca tos con flema o pus, fiebre, escalofríos, dificultad y dolor al respirar y limita la oxigenación.

La neumonía puede variar en gravedad desde leve y pasajera a potencialmente mortal. Es más grave en bebés y niños pequeños, personas mayores a 65 años, y personas con problemas de salud o sistemas inmunes debilitados.

La neumonía es la principal causa individual de mortalidad infantil en todo el mundo. Se calcula que la neumonía supone el 15% de todas las defunciones de niños menores de 5 años en todo el mundo.

¿Cuál es su causa?

Pueden causarla bacterias, virus y hongos. En los adultos, las bacterias son la causa más común de neumonía. En el caso de los niños los virus son los principales causales, aunque frecuentemente se sobreinfectan con bacterias.

Las formas en las que se puede contraer la neumonía incluye:

  • Las bacterias y virus que viven en la nariz, los senos paranasales o la boca que pueden propagarse a los pulmones.
  • Inhalación de algunos de estos microbios directamente hacia los pulmones.
  • Inhalación involuntaria de alimentos, líquidos, vómitos o secreciones desde la boca hacia los pulmones después de un atoramiento (broncoaspiración).

El tipo más común de bacteria es el Streptococcus pneumoniae (neumococo). Otro causante es un hongo, denominado Pneumocystis jiroveci, que puede causar neumonía en personas cuyos sistemas inmunitarios no funcionan correctamente, especialmente personas con una infección avanzada por VIH.

Los virus, como el de la gripe también son una causa común de neumonía. En especial como complicación de una infección de la vía aérea superior como una gripe, que se prolonga y termina afectando la vía aérea inferior.

Los factores de riesgo que aumentan las probabilidades de contraer neumonía incluyen:

  • Niños de 2 años de edad o menores
  • Personas de 65 años de edad o mayores
  • Enfermedad pulmonar crónica
  • Fibrosis Quística
  • Fumar cigarrillos
  • Padecer un trastorno neurológico como demencia, accidente cerebrovascular, lesión cerebral o parálisis cerebral que predisponen a la broncoaspiración.
  • Problemas del sistema inmune, como ocurre durante un tratamiento para el cáncer, VIH/SIDA o trasplante de órganos.
  • Padecer tras enfermedades graves, como cardiopatía, cirrosis hepática o diabetes
  • Cirugía o traumatismo reciente
  • Cirugía para tratar cáncer de la boca, la garganta o el cuello

Síntomas

Los síntomas más comunes de neumonía son:

  • Tos
  • Flema amarillenta, verde o incluso con sangre
  • Fiebre que puede ser baja o alta
  • Escalofríos
  • Dificultad para respirar que puede relacionarse con la actividad o incluso en reposo

Otros síntomas incluyen:

  • Confusión, o incluso pérdida de la conciencia, especialmente en los adultos mayores
  • Sudoración excesiva y piel pegajosa
  • Dolor de cabeza
  • Falta de apetito, baja energía y decaimiento
  • Malestar general
  • Dolor en el pecho que puede ser agudo o punzante que se empeora con la tos o al respirar profundo
  • Coloración blanca en la uñas

Recomendaciones

Al presentar los síntomas mencionados es de suma importancia acudir con tu médico de cabecera para que pueda realizar una valoración integral, en especial cuando aparece:

  • Tos que produce moco sanguinolento o de color verdoso
  • Síntomas respiratorios que están empeorando
  • Dolor en el pecho que empeora al toser o inhalar
  • Respiración rápida o dolorosa
  • Sudores nocturnos o pérdida de peso inexplicable
  • Dificultad para respirar, escalofríos o fiebre persistente
  • Padeces una enfermedad crónica de base
  • Síntomas que empeoran después de una mejora inicial

Prevenir la neumonía y su contagio puede ser una tarea factible si se siguen las siguientes medidas,

  1. Lavarse las manos con frecuencia en especial:
  • Antes de preparar y consumir alimentos
  • Después de sonarse la nariz
  • Después de ir al baño
  • Después de cambiar el pañal de un bebé
  • Después de entrar en contacto con personas enfermas

2. No fumar, el tabaco daña la capacidad del pulmón para combatir la infección.

3. Las vacunas pueden ayudar a prevenir algunos tipos de neumonía.

  • La vacuna antigripal puede ayudar a prevenir la neumonía causada por el virus de la gripe.
  • La vacuna antineumocócica reduce las probabilidades de contraer neumonía a causa del Streptococcus pneumoniae.
  • Las vacunas son incluso más importantes para los niños, los ancianos y las personas con diabetes, asma, enfisema, VIH, cáncer, personas con trasplantes de órganos u otras afecciones crónicas.
  • En el caso de los niños los médicos recomiendan una vacuna para la neumonía diferente para niños menores de 2 años y para niños de 2 a 5 años que son particularmente propensos a contraer la enfermedad neumocócica.


4. Mantener fuerte tu sistema inmune, dormir lo suficiente, ejercitarte regularmente y llevar una dieta saludable.

Expectativas a futuro

Incluso habiendo recibido tratamiento, algunas personas que tienen neumonía, especialmente aquellos que se encuentran en los grupos de alto riesgo, pueden experimentar complicaciones, incluidas las siguientes:

  • Bacterias en el torrente sanguíneo (bacteremia). Las bacterias que ingresan en el torrente sanguíneo desde los pulmones pueden propagar la infección a otros órganos y, potencialmente, provocar una insuficiencia orgánica (falla de todo el organismo).
  • Dificultad para respirar. Si la neumonía es grave o si existen enfermedades pulmonares no conocidas, posiblemente se experimente dificultad para obtener suficiente oxígeno al respirar. Es posible que este síntoma se empeore y requiera de internamiento hospitalario para recuperar la capacidad ventilatoria, de no hacerlo puede ser letal.
  • Acumulación de líquido alrededor de los pulmones (derrame pleural). La neumonía puede causar la acumulación de líquido en el fino espacio que hay entre las capas de tejido que recubren los pulmones y la cavidad torácica (pleura). Si el fluido se infecta, es posible que deban drenarlo a través de una sonda pleural o extraerlo mediante una cirugía.
  • Absceso pulmonar. Un absceso tiene lugar si se forma pus en una cavidad en el pulmón. Normalmente, los abscesos se tratan con antibióticos. A veces, se necesita una cirugía o un drenaje con una aguja larga o una sonda que se coloca en el absceso para extraer el pus.

Ante cualquiera de los síntomas mencionados y antes de acudir a la automedicación es de suma importancia acudir a un especialista cuando existe alteración de la vía aérea ya sea superior o inferior.

Fuente: NIH