La mayor parte de la culpa del envejecimiento la tienen nuestros cromosomas. Así lo afirma la bióloga Elizabeth Blackburn, ganadora de un premio Nobel por su investigación sobre los telómeros. Ella estudió el complejo mundo celular donde se guarda nuestra información genética.
“Es el acortamiento de los telómeros lo que nos nos lleva a sentir y ver signos de envejecimiento”; dijo Blackburn durante un conferencia TED en abril del 2017. Los telómeros protegen al ADN, pero cada vez que las células se dividen, y esto pasa unas mil veces para cada célula, los telómeros se acortan, dejando desprotegido al ADN. “Eso envía una señal. Tiempo de morir”, agregó. Así, las células dejan de dividirse y el proceso de envejecimiento inicia.
Blackburn tiene algunas sugerencias para que cualquier persona pueda mantener a sus telómeros del largo necesario. Aunque estos consejos no son la clave de la vida eterna, pueden ayudar a extender el tiempo de vida, feliz y sin enfermedades, de una persona.
Controlar el estrés
Entre más estrés suframos, más se acortarán nuestros telómeros. Blackburn, junto con la psicóloga Elissa Eppel, estudiaron a madres cuyos hijos sufrían autismo u otras condiciones crónicas. Después de 4 años de estudio, ellas encontraron que las madres que más tiempo habían estado expuestas a esta situación de estrés tenían los telómeros más cortos. Además de eso, encontraron que aquellas que eran más resilientes al estrés, es decir, que percibían su situación como un reto en lugar de una situación sin esperanza, mantenían más largos a sus telómeros.
“La actitud importa”, dice Blackburn. “Si se visualiza algo estresante como un reto a ser superado, la sangre fluye hacia el corazón y el cerebro, y la persona experimenta una breve pero energizante alza de cortisol”. Cuando vemos una situación estresante como un problema sin solución, nuestro nivel de cortisol sube y se mantiene alto, esto inhibe a la telomerasa, que es la enzima responsable del mantenimiento saludable de los telómeros. Por lo tanto, los telómeros empiezan a acortarse.
Meditar
Los científicos han descubierto otras maneras en las que la meditación puede ser beneficiosa. Se realizó un estudio a personas que cuidan a un familiar que sufre demencia. Aquellos que meditaban por al menos doce minutos al día, durante dos meses, mejoraron el estado de sus telómeros.
Invertir tiempo con los vecinos
“La negligencia emocional, exposición a la violencia, bullying y el racismo impactan en los telómeros, y los efectos son a largo plazo”, dice Blackburn. Pasar tiempo de calidad con nuestra comunidad más cercana puede ayudar a mantener la salud de los telómeros. Las personas que no confían en sus vecinos y que no se sienten seguros en sus barrios tienen los telómeros más cortos, afirma Blackburn.
Casarse y formar buenas amistades
Un estudio realizado en el 2013 a 298 adultos entre 65 y 74 años, evidenció que aquellos que estaban casados tenían telómeros más largos. Las amistades de varios años también ayudan a mantener la longitud de los telómeros.
El dinero
No puede comprar el amor pero aparentemente puede ayudar a la longitud de los cromosomas. El mismo estudio demostró los beneficios del matrimonio, también encontró que un ingreso económico alto se asocia con telómeros largos. Probablemente se debe a que generar dinero alivia ciertos tipos de estrés.
Fuente: TED
