Muchos hombres han sido educados con ciertos conceptos de la masculinidad que pueden resultar perjudiciales para ellos mismos, especialmente cuando entramos en el terreno de la salud. Esto les lleva a cometer errores que serían muy fáciles de corregir pero que pueden tener efectos dañinos en su vida.

¿Y cuáles son esos errores? Pues aunque podría hacerse una lista bastante larga, a continuación reseñaremos los más comunes. Si eres hombre, no dejes de leerla para averiguar si los estás cometiendo. Si es así, tal vez deberías revisar algunas cosas que das por sentadas para evaluar si son en realidad benéficas para ti.

No ir al médico

Sí, bueno… es verdad que tienes que bajar unos kilos. Y sí, ya sabes que tienes que reducir un poco las cerveza y las salchipapas. Así que, ¿para que ir al médico si ya sabes lo que te va a decir? Porque tú te sientes bien, y al médico se va cuando se está mal, ¿verdad?

Y es que los hombres suelen ser bastante ingeniosos a la hora de encontrar razones para realizar una visita médica. Sin embargo, es momento de que dejes de exhibir tu ingenio y te preocupes por tu salud, así que programa una visita regular y no la evites. Si estás tan bien como dices, no pasará nada. Y si no lo estás, cualquier problema visto a tiempo puede solucionarse mucho mejor.

Pensar que es imposible que le de un ataque al corazón

Quizá por motivos culturales, los ataques al corazón están asociados con personas de edad madura o avanzada. Sí, como tu padre o tu abuelo. Pero en realidad se trata de una amenaza que se cierne a menudo también sobre hombres mucho más jóvenes. En el caso de una enfermedad cardíaca hereditaria, es posible detectarla a los 30 años y, por lo tanto, es factible empezar a tratarla desde entonces. Pero más allá de esto, sin importar cuál sea tu edad, asegúrate de cuidar tu corazón y deja de pensar que es algo que no te puede ocurrir a ti. Porque puede.

Ignorar los ronquidos

Ser hombre y roncar es algo que está profundamente asociado en nuestra cabeza. Sin embargo, no tiene por qué ser algo inocuo. Aproximadamente la mitad de los hombres que roncan sufren de apnea obstructiva del sueño. Y no se trata solo de una molestia para la persona que duerme a tu lado, sino que este trastorno puede hacer que dejes de respirar durante unos segundos y se relaciona con enfermedades cardíacas y presión arterial alta.

Prescindir del protector solar

Más de uno pensará que eso de aplicarse «cremitas» vulnera su virilidad, pero lo que hace es vulnerar su piel. Y no se trata de ceder solo cuando se va a la playa o a practicar algún deporte al aire libre: es recomendable aplicar un protector solar con un FPS 30 o más cada vez que se salga a la calle para así prevenir el cáncer de piel.

Negarse a recibir ayuda para la impotencia

Nada atenta más contra el autoconcepto de virilidad que sufrir de impotencia. Esto lleva a que muchos hombres la oculten y se nieguen a buscar ayuda para tratarla. Y esto es un grave error, pues en realidad no tiene nada que ver con la masculinidad. Hay que tener en cuenta que la causa principal de la impotencia suele ser la falta de flujo sanguíneo al pene, lo cual puede ser una señal de problemas del corazón. Así que hay dejar de lado el orgullo e ir a visitar a un doctor.

Beber para olvidar

Es cierto que más mujeres que hombres se deprimen, pero eso solo es parte del problema. Se considera que la depresión es un «problema femenino» y esto impide que los más de 6 millones de hombres (solo en Estados Unidos) que lo padecen busquen ayuda. El resultado de este error de concepto es que los hombres tienden a recurrir a las drogas y al alcohol para sentirse mejor, lo que solo consigue que la depresión sea mucho más difícil de detectar y de tratar.

Las cosas del baño se quedan en el baño

Si no prestas atención a las veces que vas al baño, tal vez deberías volver a considerarlo. Si vas más de 8 veces al día o más de 2 veces en la noche, es posible que no estés pasando por un «desajuste» normal, sino que haya algo más. Superar estas cifras puede ser un signo de un problema médico, como agrandamiento de la próstata, vejiga hiperactiva (OAB) o incluso algunas formas de cáncer.