Si tu corazón está delicado, existen una serie de situaciones que es mejor evitar. Seguramente, tu médico ya te las habrá dado a conocer, pero nunca está de más repasarlas para mantenerlas frescas en la memoria. Por otra parte, si estás bien de salud, esta lista con algunos de los disparadores que pueden provocar un infarto te será útil aunque sea para saber la razón por la cual debes seguir haciendo un esfuerzo por mantenerte así.

Falta de sueño

Si no duermes lo suficiente de manera regular, te sentirás malhumorado y cansado, y eso ya de por sí reduce tu calidad de vida. Sin embargo, también incrementa el riesgo de sufrir un ataque al corazón. Un estudio reveló que que las personas que por lo general dormían menos de 6 horas por la noche tenían el doble de probabilidades de tener un ataque al corazón en comparación a los que dormían entre 6 y 8 horas. Los médicos no están seguros a qué es debido exactamente, pero saben que no dormir adecuadamente puede elevar la presión arterial y provocar inflamación, y ninguna de las dos cosas son buenas para el corazón.

Emociones fuertes, negativas o positivas

Es de conocimiento popular que la ira, el dolor y el estrés son desencadenantes de los problemas de corazón, pero es importante saber que los acontecimientos alegres a veces también pueden conducir a sufrir un infarto. Hablamos sobre todo de emociones positivas muy intensas, como puede ser una fiesta de cumpleaños sorpresa, una boda o el nacimiento de un nieto.

Ejercicio repentino o intenso

Mantenerse en forma sirve para proteger a largo plazo a nuestro corazón, pero hacer demasiado ejercicio puede ser peligroso. Alrededor del 6% de los ataques al corazón son desencadenados por un esfuerzo físico extremo. Y aunque seguro que has oído que el ejercicio es una buena manera de aliviar el estrés la tensión, es especialmente importante no exagerar cuando se está enojado o molesto por algún particular.

Levantarse repentinamente de la cama por la mañana

Los ataques al corazón son más comunes por la mañana. Nuestro cerebro inunda el cuerpo con hormonas para ayudarle a despertar, y eso provoca un poco de estrés adicional al corazón. Ya que también es posible que nos deshidratemos después de un largo sueño, esto también hace que nuestro corazón tenga que hacer un mayor esfuerzo, lo que puede terminar desencadenando el infarto.

Un resfriado o gripe

Cuando tu sistema inmunológico está luchando contra una infección, se puede producir una inflamación que tiene el riesgo de dañar corazón y arterias. Según un estudio, las personas con infecciones respiratorias tienen el doble de probabilidades de tener un ataque al corazón. Pero cuando la infección desaparece, tras unas semanas el nivel de riesgo vuelve a la normalidad. Las estadísticas de infartos también son más altas durante los brotes de gripe.

Sexo

Como muchas formas de ejercicio, la actividad sexual ha sido relacionada con el incremento del riesgo de sufrir un infarto. Pero es un riesgo muy pequeño, especialmente si estás en forma y gozas de buena salud. Para mucha gente, el sexo puede y debe ser una parte importante y saludable de la vida. Pero si te preocupa, habla con tu médico sobre ello.

Alcohol

Un trago al día parece que ayuda a proteger nuestro corazón, pero beber demasiado hace justo lo opuesto. Con el tiempo, puede elevar nuestra presión arterial, incrementando ciertas clases de colesterol malo, y llevarnos a ganar peso. Todo esto daña nuestro corazón. Además, también hay consecuencias a corto plazo: una sola noche de exceso de bebida puede elevar el riesgo de infarto durante la semana siguiente de acuerdo a un estudio.

Fuente: WebMD