Cuando escuchamos las palabras “cálculo renal” no nos imaginamos piedras reales, así como las que podemos encontrar en un parque. Pero, estos conglomerados de sales y minerales son reales. Aquí te explicamos de dónde provienen y qué daño pueden causar a tu salud.

Los riñones tienen la función de filtrar los desechos de la sangre y formar la orina. Algunas veces, sales y otros minerales de la orina pueden comenzar a acumularse y formar piedras, conocidas como cálculos renales. Estas piedritas pueden medir lo que mide un cristal de azúcar, hasta una pelota de ping pong. Únicamente se manifiestan cuando causan un bloqueo.

Los cálculos renales pueden ocasionar un dolor intenso, comparado con el dolor de parto, si es que llegan al salir del riñón y pasar por cualquier zona del estrecho tracto urinario, conformado en orden descendente por riñón, uréter, vejiga y uretra.

Síntomas de un cálculo renal

Muchos cálculos pueden ser expulsados sin causar síntomas, pero a medida que su tamaño aumenta y se movilizan en el tracto urinario pueden causar:

  • Dolor severo en la espalda, abdomen o ingle
  • Dolor al orinar
  • Orinar frecuentemente
  • Sangre en la orina
  • Náusea y vómito

Si una persona experimenta un dolor súbito e incapacitante de la espalda baja o el abdomen, lo mejor es buscar atención médica inmediatamente. El dolor abdominal súbito, puede también asociarse a muchas otras condiciones que también pueden ser emergentes como una apendicitis, un embarazo ectópico en el caso de las mujeres, entre otros. Por otro lado, las molestias al orinar podrían indicar una infección de vías urinarias.

¿Cómo se diagnostican los cálculos renales?

Los cálculos renales por lo general solo se diagnostican cuando una persona debuta con dolor súbito, que lo obliga a acudir a una sala de emergencia. Ya en un hospital algunos estudios pueden evidenciar su presencia: una radiografía, ultrasonido, tomografía o un análisis de orina.

Exámenes de sangre pueden ayudar a investigar la presencia de minerales elevados, responsables de la formación de los cálculos. Además, los exámenes de imagen pueden determinar la situación del cálculos, su tamaño y las opciones de tratamiento, de acuerdo a lo observado.

¿Qué tratamientos existen para los cálculos renales?

Cuando el cálculo es lo suficientemente pequeño, como para atravesar todo el tracto urinario, el médico puede recomendar esperar a que la piedra pase y el cuerpo la elimine. Durante este proceso se debe tomar muchos líquidos, más de 2 litros al día, para permitir que el flujo de orina ayude a la eliminación.

Se considera como cálculo pequeño a uno que mida menos de 5 mm. El 90% de los cálculos de este tamaño, serán expulsados sin necesidad de una intervención. Si el cálculo se encuentra entre 5 a 10 mm, las posibilidades se reducen a un 50%. Si supera el centímetro de diámetro, ya se deben considerar otras opciones terapéuticas.

1. Medicación

Existe medicación que puede ayudar al cuerpo a eliminar el cálculos con mayor facilidad. Medicamentos llamados alfa-bloqueadores ayudan a que las paredes del uréter se relajen, al hacerlo su luz se amplía y puede permitir el paso del cálculo.

2. Litotricia u ondas de choque

El procedimiento médico más frecuente para tratar los cálculos renales, se conoce como litotricia extracorpórea con ondas de choque. Esta terapia, utiliza ondas sonoras de alta frecuencia para romper el cálculo en pequeños pedacitos, mismos que pueden ser eliminados fácilmente por el tracto urinario. Los efectos secundarios pueden ser sangrado, moretones o dolor.

3. Ureteroscopia

Cuando un cálculo salió del riñón y se encuentra atrapado en el uréter cerca a la vejiga, se puede realizar este procedimiento. Una pequeña sonda se pasa a través de la uretra y la vejiga hasta llegar al cálculo, posteriormente el cirujano rompe el cálculo y remueve sus pedazos. Para cálculos de mayor tamaño se requiere de procedimientos quirúrgicos más complejos.

Análisis del cálculo renal

Después de que un cálculo ha sido expulsado, es importante que se determine su composición. Alrededor del 80% de los cálculos están hechos de calcio. Los restantes, contienen ácido úrico, estruvita y cistina. Un análisis químico determinará el tipo de cálculo y el saberlo permitirá determinar el plan para prevenir su recurrencia.

¿Qué causa un cálculo renal?

Los cálculos suelen formarse cuando existe una pérdida del equilibrio normal entre el agua, las sales y los minerales presentes en la orina. Existen muchos factores que pueden desencadenar cambios en la orina, desde enfermedades crónicas hasta el régimen alimentario.

Tomar muy poca agua es la causa más común de cálculos renales. La dieta también juega un rol muy importante, comer mucha proteína, sal y alimentos altos en oxalatos, como el chocolate o vegetales verdes, pueden aumentar el riesgo de padecer cálculos renales en ciertas personas. Otro factor de riesgo incluye subir de peso y ciertos medicamentos.

Existen factores de riesgo no se pueden controlar. Los hombres caucásicos tienen mayor riesgo que los demás grupos raciales. Por lo general se presentan alrededor de los 40 años de edad en los hombres y de los 50 años en las mujeres, en especial si existen antecedentes familiares. Padecer ciertas condiciones médicas como hipertensión, gota e infecciones urinarias a repetición, también pueden ser causales.

¿Cómo prevenir futuros cálculos renales?

Si el análisis del cálculo indica que es de calcio, el médico sugerirá reducir la sal y el consumo de sodio, que causa mayor concentración de calcio en la orina. Además se recomendará evitar alimentos ricos en oxalatos, incluyendo chocolate, café instantáneo, té, granos, bayas, vegetales de hojas verdes, naranjas, tofu y camote. Aunque la mejor manera de evitarlos es tomar mucha agua.

Contrario a lo que se piensa, no se debe evitar o disminuir el consumo de alimentos ricos en calcio. De hecho, comer cantidades moderadas de productos lácteos y otros alimentos ricos en calcio, pueden incluso, disminuir el riesgo de formar nuevos cálculos. Ésto, no aplica para los suplementos de calcio, que si se asocian a un riesgo mayor. Siempre se debe consultar con un médico o nutriólogo el rol del calcio en tu dieta.

Fuente: WebMD