¿Podría ser esto cierto? Ya es de conocimiento general que el consumo excesivo de grasas saturadas (el tipo “malo” de grasas) puede acumularse en las arterias, endurecerlas y eventualmente llegar a una enfermedad coronaria. Para evitar que esto suceda, organismos como la Asociación Americana del Corazón y la Federación Mundial del Corazón recomiendan una dieta baja en grasas saturadas. Pero recientemente, tres cardiólogos afirman que este modelo de “tubería obstruida” es incorrecto. El editorial fue publicado en el British Journal of Sports Medicine.

Para empezar, las grasas saturadas son aquellas de origen animal que se encuentran en la carne de res, el cerdo, el pollo, la mantequilla y el queso, entre otros alimentos. Y han sido típicamente consideradas como las ocasionantes de varias enfermedades, como la arteriosclerosis por ejemplo.

Según los autores del editorial, comer grasas saturadas no está asociado con enfermedades coronarias, accidentes cerebrovascular isquémico, diabetes tipo 2, muerte por enfermedad cardiaca o muerte temprana en adultos sanos. Para llegar a esta conclusión, se refieren a una revisión de estudios previos.

Cuentan que la grasa saturada por sí sola no es el problema, pues, a su parecer, una persona sana podría reducir el riesgo de una enfermedad coronaria caminando 20 minutos al día, reduciendo el estrés y comiendo equilibradamente.

Algunos de los estudios analizados por los cardiólogos incluyen datos sobre cómo los eventos cardiacos no ocurren necesariamente en la parte más obstruida de la arteria, una serie de estudios que encontraron que el uso de stents para abrir las arterias estrechadas por la placa no logra prevenir el ataque al corazón o reducir la mortalidad, o como las dietas ricas en grasas no muestran que las grasas saturadas sean perjudiciales para la salud de las arterias coronarias. Muchos no están de acuerdo en la manera en que han sido interpretados estos estudios.

Esta editorial ha sido fuertemente criticada pues muchos señalan que no se basa en ninguna investigación nueva, sino en un meta análisis. El director médico de la Fundación Británica del Corazón se refirió a esto como un “artículo de opinión inútil y engañoso”. Según él, décadas de investigación han demostrado como las grasas saturadas aumentan el colesterol “malo” en la sangre y como exponen a sus consumidores a un ataque al corazón o derrame cerebral.

Puede ser que la moderación sea la clave aquí, llevar una dieta sana y equilibrada, además de realizar ejercicio y consultar con un doctor regularmente.