Una mala costumbre que hemos adquirido en los últimos años es la manía de revisar el celular a cada momento. Lo hacemos mientras comemos, mientras vemos tele y muchas veces mientras pasamos tiempo con nuestros seres queridos, incluyendo nuestros hijos. Los niños pequeños cuyos padres interrumpen el tiempo familiar con su smartphone son más propensos a un mal comportamiento, así lo reveló una nueva investigación publicada en la edición en línea de mayo de la revista Child Development.
Por mal comportamiento, los investigadores se refieren a llantos, berrinches, y disgustos. El análisis parte de que todos nos sentimos despreciados o desvalidos cuando otra persona no nos pone atención. Lo mismo sucede con los niños, solo que al ser pequeños sus métodos para comunicar el descontento puede terminar en gritos y lloriqueos.
Para tener datos más precisos, el estudio incluyó una encuesta a 170 familias conformadas por padre y madre. Los voluntarios respondieron preguntas sobre el uso de teléfonos inteligentes, tabletas, computadoras portátiles y otras tecnologías, y cómo estos dispositivos interrumpieron el tiempo de la familia. Esto incluía la ojeada ocasional para revisar mensajes telefónicos durante las comidas o tiempo de juego con los hijos.
Padres y madres también tuvieron que calificar, a su parecer, qué tan problemática consideraban esta actitud de estar siempre pendientes de mensajes y llamados. Más del 50% los padres contaron que la tecnología interrumpió el tiempo con sus hijos tres o más veces al día, 24% reportó dos veces al día y un 17 %por ciento reportando una vez al día. Mientras que la madre percibieron que su uso era más problemático.
Al comparar estas cifras con los reportes de qué tan seguido sus hijos gritan, lloran o montan berrinches, los investigadores notaron una posible asociación. Sin embargo, no muestra una directa relación de causa y efecto.
Si crees que tu uso de celular o de otra tecnología puede estar afectando el tiempo que pasas con tus hijos, lo mejor será dejar los aparatos a un lado y darse tiempo para disfrutar en familia. Los niños necesitan de sus padres y para esto debemos estar presentes, en lugar de estar jugando con el teléfono. Así como en casa muchas veces se pone reglas para el uso de la tecnología para los niños, se podría implementar normas para los adultos. Después de todo, la tecnología está para ayudarnos y no es cuestión de satanizarla, sino de aprender a encontrar los momentos ideales.
