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Un derrame cerebral ocurre cuando la sangre deja de fluir a ciertas partes del cerebro. Las células de esa área empiezan a morir, y puede provocar daños a las zonas encargadas de controlar los músculos, la memoria y el habla.

Controlar la presión sanguínea frecuentemente es una manera de evitar sufrir un derrame. Es especialmente importante hacer esto para las personas que sufren de hipertensión. Lo ideal es que la presión entre 80 y 120. Si es demasiado alta, se debe hablar con un médico para encontrar maneras de cambiar el estilo de vida de la persona, hacer dieta o incluir más ejercicio en la rutina diaria. Si estos cambios no son suficientes, el doctor prescribirá medicamentos para controlar la presión.

El ejercicio es un buen tratamiento ya que ayuda a controlar el peso y la presión arterial, dos factores claves al momento de disminuir el riesgo de sufrir un derrame. Lo recomendable es hacer ejercicio intenso durante 30 minutos, al menos cinco días a la semana. Para evitar lesiones o problemas relacionados, hay que consultar con un doctor si es que no se ha realizado actividad física en algún tiempo.

La obesidad y los problemas que conlleva, como la diabetes y la hipertensión, aumentan las posibilidad de sufrir un derrame.Un pérdida de peso de 10 libras ya disminuye el riesgo de sufrirlo. También es necesario cuidar el consumo de calorías para mantenerlo en un máximo de 2000 al día.

El estrés puede aumentar el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular. Probablemente se debe a que causa inflamaciones en algunas partes del cuerpo. Se puede tratar el estrés en el trabajo tomando pequeños descansos cada hora, estirándose, respirando profundamente o intentando realizar solo una actividad a la vez. El área de trabajo debe ser un lugar acogedor y tranquilo, esto también depende de su decoración, que es mejor si incluye plantas y colores suaves. Además, es necesario pasar una cantidad de tiempo saludable lejos de la oficina.

Un trago al día podría disminuir el riesgo de sufrir un derrame. La cantidad es importante. El abuso de alcohol, por otro lado, conlleva a desarrollar obesidad, hipertensión y diabetes, factores que aumentan las probabilidades de tener un derrame cerebral.

Los niveles de colesterol también deben ser controlados regularmente. Tener niveles altos de LDL, o colesterol malo, y bajos de HDL, el colesterol bueno, aumentan las probabilidades de un accidente cerebrovascular. Esto ocurre porque la placa se empieza a acumular en los vasos sanguíneos, limitando el flujo de sangre. Disminuir el consumo de grasas trans y grasas saturadas ayuda a bajar los niveles de LDL, y el ejercicio ayuda a aumentar el HDL. Si es que la dieta y el ejercicio no son efectivos, puede que el doctor prescriba medicación.

Las personas que tienen diabetes deben controlar sus niveles de insulina con frecuencia. La diabetes afecta la manera en la que el cuerpo procesa la glucosa, una fuente importante de energía para el cerebro, músculos y otros tejidos. Esta enfermedad aumentan el riesgo de sufrir un derrame cerebral.