El hígado es un órgano importante en nuestro cuerpo y aunque todos hemos oído hablar de él, ¿qué tanto conocemos de las funciones que desempeña? ¿Qué tanto afectan nuestros hábitos a dichas funciones? ¿Qué podemos hacer para prevenir lesiones hepáticas?.

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud) la insuficiencia hepática es la 6ta causa de muerte en general, y la 3era en hombres de 15 a 64 años de edad. Sin mencionar que constituye una de las 10 principales causas de hospitalización con una elevada tasa de mortalidad.

Después de la piel, el hígado es el órgano más grande y sin duda el más pesado del cuerpo (1.5 kilos), mide lo que una pelota de fútbol americano y se encuentra ubicado justo debajo y por detrás de nuestras costillas en el lado derecho del cuerpo. Cumple con la función vital de desintoxicar nuestra sangre, pero no solo eso, realiza también otros 500 trabajos.

El hígado produce la bilis que ayuda a digerir los alimentos, transforma lo que comes y bebes en energía y nutrientes, ayuda al cuerpo a utilizar los carbohidratos correctamente y juega un papel fundamental en la coagulación sanguínea, por mencionar algunos. Además tiene una característica singular, es el único órgano que puede regenerarse cuando alguna parte está dañada o es removida.

La única manera de saber si el hígado está sano es mediante pruebas de laboratorio realizadas en sangre, no existe una sola prueba, sino más bien un conjunto de pruebas que se solicitan al mismo tiempo. Al éste se le conoce como pruebas de función hepática o perfil hepático.

¿Por qué el alcohol es malo para el hígado?

Cuando consumes alcohol el hígado lo descompone para poder eliminarlo de tu sistema. Cuando la ingesta de alcohol supera la capacidad de procesamiento puede causar daño. Hay diferentes tipos de enfermedad hepática relacionada al alcohol: hígado graso, hepatitis alcohólica y cirrosis alcohólica. Todas potencialmente mortales.

La más grave y común de éstas es la cirrosis hepática, 1 de cada 5 alcohólicos la desarrolla y el daño ocasionado es irreversible, aunque si se deja de tomar al menos se puede detener el deterioro. Existe el mito de “limpieza o desintoxicación” del hígado a base de dietas y jugos, con la promesa de lavar las toxinas y recuperar la función hepática.N o existe ninguna evidencia científica que las bebidas y alimentos desintoxicantes funcionen. De hecho, es una dieta sana la que proporcionará al hígado los nutrientes que necesita.

Otras condiciones que pueden afectar al hígado

Virus de la Hepatitis

Los virus de la hepatitis son potenciales agresores del hígado. La hepatitis A, se transmite principalmente cuando una persona no infectada (y no vacunada) come o bebe algo contaminado por heces de una persona infectada por el virus. Es una enfermedad autolimitada que no genera daño hepático a largo plazo. La enfermedad está estrechamente asociada a la falta de agua salubre, un saneamiento deficiente y una mala higiene personal.

Por otro lado, la hepatitis B puede causar tanto un cuadro agudo como una enfermedad crónica que conlleva a la muerte por cirrosis y cáncer hepático. El virus se transmite por contacto con sangre u otros fluidos corporales de una persona infectada. Y lo importante, es saber que tanto para la hepatitis A y B existen esquemas de vacunación a nivel mundial, que previenen la enfermedad y sus consecuencias.

Por último tenemos a la hepatitis C, ésta también puede causar una infección aguda o crónica. Aproximadamente un 15-45% de las personas infectadas elimina el virus espontáneamente en un plazo de seis meses, sin necesidad de tratamiento alguno. El 55-85% restante desarrollará infección crónica, y en estos casos el riesgo de cirrosis hepática a los 20 años es del 15-30%.

Usualmente se contagia por sangre, accidentes hospitalarios con agujas infectadas o por compartir agujas al consumir drogas. También puede transmitirse por vía sexual o de madre a hijo en el momento del parto. Para éste virus no existe vacuna disponible, por lo que se deben tomar medidas de precaución: cuidar que las agujas, equipos de diálisis y de transfusión en los hospitales sean nuevos, así como utilizar condón.

Paracetamol

El paracetamol es un medicamento ampliamente recetado, para niños y adultos sin importar su edad, sin mencionar que forma parte de alrededor de 600 medicamentos, incluidos analgésicos compuestos, antigripales y remedios para la tos. Pero una advertencia, mucho paracetamol puede causar serios daños en el hígado.

Para los adultos, la dosis máxima al día de paracetamol es de 3 gramos, lo que corresponde a 6 tabletas de 500mg (la presentación más común). Cuando se toma cualquier medicación se debe leer cuidadosamente los ingredientes y seguir las instrucciones del médico al pie de la letra.

¿Cómo prevenir el daño hepático?

Hay que tomar en cuenta que la enfermedad hepática es silenciosa, más del 50% de personas que la padecen no tienen ningún síntoma. Existen ciertos signos de alerta, la mayoría vagos, como cansancio extremo y dolor muscular, también puede aparecer comezón en la piel, inflamación del estómago, orina oscura, confusión y un tono amarillento en los ojos y piel. Ante cualquiera de estos síntomas es imperativo acudir al médico.

Reducir el consumo de alcohol sin duda puede prevenir problemas hepáticos. Si existe un problema de alcoholismo lo indicado es buscar ayuda profesional. Dejar de beber no es el único remedio disponible, modificar la dieta y hacer ejercicio regular pueden ser de gran ayuda. Otra medida esencial es la vacunación contra los virus de la hepatitis A y B y si se tienen factores de riesgo realizar un estudio diagnóstico para descartar hepatitis C.

Fuente: WebMd