Los bebés tienen muchos gases y pueden ser muy dolorosos para los pequeños. El problema es que estos episodios pueden darse hasta 20 veces al día. ¡Es muchísimo! Pero este número se debe a que los recién nacidos tragan aire en varios momentos, especialmente al comer (ya sea de la mamá o de un biberón), con un chupón o mientras lloran.

Y cuando el aire queda atrapado en el estómago del pequeño, empieza el problema. Notarás que tu bebé se hincha, tiene una pancita dura, llora y tiene muchos gases. Y algunos pasan un verdadero mal momento mientras están así, por eso debemos evitar este malestar.

Para prevenir los gases

Una buena idea es revisar la posición mientras das de lactar. Asegúrate que la cabeza de tu bebé esté más alta que su estómago, es decir que no esté completamente acostado. Usa una almohada para estar más cómodos. Así la leche baja directamente y el aire queda arriba, lo que hará más fácil el siguiente paso.

Saca los gases de tu bebé cuando termine de comer. Con un pañito en tu hombro, da pequeños y ligeros golpes en la espalda del bebé, lo que lo ayudarán a que elimine los gases antes de que produzcan malestar.

Si el malestar ya empezó

Masajea suavemente a tu bebé para aliviar su dolor, frota su pancita o mueve sus piernas de arriba hacia abajo como si estuviera montando bicicleta. Un baño caliente también ayuda mucho en estos casos.

Cambios necesarios

Hay otros factores que pueden producir gases: como los alimentos que consume la mamá o las fórmulas con las que alimentas al bebé, inclusive la forma del biberón o del chupón. Fíjate con mucha atención cuáles son las cosas que podrían estar llenando de gases a tu bebé y cambialos de la rutina, es importante que consultes con tu doctor sobre estos cambios, en especial si se trata de fórmula.

Pon en práctica estos consejos y recuerda que este malestar se aliviará mientras tu recién nacido va creciendo.