Solo nos acordamos de ellas cuando nos duele. Y en parte es lógico, pues las rodillas juegan un papel fundamental a la hora de movernos. De ahí que, aunque sea por una pequeña punzada, les prestemos especial atención. Sin embargo, nunca está de más conocer un poco más a fondo nuestro cuerpo, así que te proponemos un pequeño recorrido por estas articulaciones para saber más de ellas.

Nacemos sin rótulas

La rótula, que médicamente es denominada como patella, es ese hueso pequeño que tenemos en la parte anterior de la rodilla. Conecta los músculos del muslo con la tibia y sus partes inferiores, además de los extremos del fémur, están cubiertas de un material resbaladizo que ayuda a que los huesos se deslicen suavemente al mover la pierna.

Siendo un hueso, se podría pensar que está con nosotros desde que nacemos, pero no es así. Las rodillas se forman mientras estamos dentro del útero y están hechas de cartílago y no se ven bien en los rayos X. Solo se convierten en hueso más tarde. En el caso de las niñas, empiezan a volverse óseas alrededor de los 3 años, y en el caso de los niños, cuando están en los 4 o 5 años.

Tenemos 4 huesos en la rodilla

Sí son 4 huesos, aunque el único que está completo es la rótula. El resto, son extremos: el fémur, la tibia y el peroné. La rótula se mantiene en su lugar gracias a los tendones, que vienen a ser como cuerdas que conectan los músculos con los huesos o con otros músculos. También se queda en su sitio gracias a las fuertes bandas de tejido conocidas como ligamentos.

Aguantan mucho pero no hay que pasarse

Las rodillas son las articulaciones más grandes del cuerpo. Y no solamente cargan con nuestro peso, sino que cada vez que caminamos, la fuerza que cae sobre ellas es de tres a seis veces lo que pesamos. De ahí que el sobrepeso aumente el estrés al que se ven sometidas. Las mujeres con obesidad tienen 4 veces mayor riesgo de desarrollar osteoartritis en la rodilla, mientras que en el caso de los hombres, el riesgo es casi 5 veces más.

Cuando un doctor golpea la rodilla con un martillo de goma…

… lo que golpea no es la rótula sino un tendón. Al hacerlo, busca despertar el llamado reflejo rotuliano o reflejo de la rodilla, el cual hace que estiremos la pierna como si no tuviésemos control sobre ella. Al golpear con el martillito, se estira el tendón y el músculo conectado al muslo. Si este reflejo se evalúa es porque es importante ya que nos ayuda a mantener el equilibrio.

Un muslo tenso puede hacer sufrir a la rodilla

Si el músculo frontal del muslo está tenso, la rótula es empujada contra el fémur y esto puede causar dolor. Si los tensos son los músculos de la parte posterior, se obliga a los otros a esforzarse más, lo cual también puede hacer que nos duela. Así que nada mejor que hacer calentamiento con estiramientos o caminando antes de practicar deporte.

Qué crujan las rodillas no tiene por qué ser algo malo

Si te crujen las rodillas, tranquilo, que pueden ser varias cosas. Pueden ser los ligamentos estirándose a medida que te mueves o puede ser que hagan contacto dos huesos. Ahora bien, si duele cuando aparece el sonido, o la rodilla se inmoviliza, o si se aprecia hinchazón, entonces lo mejor es ir al doctor para una revisión.

Pero si eres fontanero, háztelo mirar

La fricción que se produce al estar de rodillas hace que se irrite una pequeña bolsa que está delante de la rótula. Cuando esta bolsa se inflama, se llena de líquido y provoca hinchazón. De ahí que los fontaneros corren un riesgo mayor de inflamación alrededor de la rótula. Pero no solo ellos, sino todos aquellos cuyo trabajo haga que fuercen las rodillas, como los jardineros, los futbolistas o los jugadores de basket. Por eso, en estos casos, es recomendable siempre usar rodilleras y estirarse a menudo.

Fuente: WebMD