El futuro del antidopaje puede ser la detección de modificaciones del ADN

¿Se puede modificar el ADN? ¿Se puede alterar la información genética para crear hombres más fuerte y poderosos al puro estilo del Capitán América? Quizás la ficción no está tan lejana a la realidad.

En el año de 2008, un fisiólogo de Perelman School of Medicine de la Universidad de Pensilvania, llamado Lee Sweeney, recibió la llamada de un grupo de atletas en busca de un tipo particular de solución: querían que el Dr. Sweeney los medicara, a través de sus genes.

A fines de la década de 1990, Sweeney llegó a los titulares debido a su investigación sobre «ratones Schwarzenegger», los mismo que eran hasta un 30% más fuertes que sus contrapartes promedio. Sweeney había podido aislar el gen responsable de activar una proteína, llamada IGF-1, que controla el crecimiento y la reparación muscular.

El objetivo principal de sus experimentos fue cómo detener el deterioro de los músculos con la edad, pero los resultados también atrajeron a los atletas en busca de un aumento en el rendimiento, pero él no estuvo interesado ya que esto pretendía hallar una ventaja injusta. Y hoy poy hoy menos, ya que Sweeney es asesor de la Agencia Mundial Antidopaje.

«Al principio, cuando comenzamos a publicar sobre esto, fuimos contactados por atletas de alto nivel», dijo Sweeney, quien también es director del Instituto de Alteraciones Musculares de la Universidad de Florida. «En estos días, se trata principalmente de físico culturistas y personas desesperadas por aumentar su rendimiento o habilidades«.

En aquel entonces, la terapia génica, definida como la técnica de usar y manipular genes para tratar o prevenir enfermedades, no estaba tan establecida como lo está hoy y no fue reconocida como una amenaza suficiente como para ser incluida en la lista de prácticas prohibidas en el deporte. Pero pronto se supo que las terapias genéticas algún día podrían usarse para mucho más que enfermedades.

Respondiendo con prontitud a dicha posibilidad, en el 2002, la agencia antidopaje estableció «paneles de genética y de doping celular» conformados por científicos expertos, para analizar la mejor manera de evitar el problema.

En 2003, la organización prohibió el «dopaje genético», que definió como el «uso no terapéutico de células, genes, elementos genéticos o modulación de la expresión génica, que tenga la capacidad de mejorar el rendimiento». Esta nueva frontera del dopaje presentaba una idea alarmante: ¿y si hubiera una forma de que los doctores nunca sean atrapados, ni los cambios detectados?

Persona ejercitándose

Ahora, casi 20 años después, “la tecnología finalmente se ha utilizado para tratar pacientes con enfermedades raras, como inmunodeficiencia combinada grave, trastorno granulomatoso crónico, hemofilia, ceguera, cáncer y enfermedades neurodegenerativas, mediante la transferencia de genes faltantes” dijo Sweeney. «Ahora estas técnicas de manipulación genética podrían potencialmente ser utilizadas por los atletas” agregó.

En el caso de los «ratones Schwarzenegger», Sweeney usó el método clásico de terapia génica, en el cual modificó el ADN de los animales usando un virus que se utiliza como vector (transportador) para administrar e insertar el gen requerido para fortalecer a los ratones.

Los vectores llevan el gen deseado a las células objetivo y, allí, descargan el material genético, que a su vez instruye al organismo para que produzca la proteína que el gen codifica.

«Fabricar los vectores que participan en la transferencia de genes sigue siendo un proceso difícil», dijo Sweeney, destacando que la ciencia aún es complicada y no es algo que los atletas puedan hacer fácilmente en una casa o sin la ayuda de un laboratorio.

Otra forma de editar los genes de un atleta puede ser a través de CRISPR, o CRISPR-Cas9, una técnica que permite a los genetistas editar partes específicas del ADN de una persona mediante la eliminación o alteración de secciones específicas, también conocida como edición de genes.

Tubos de ensayo

La técnica se está desarrollando rápidamente, lo que llevó a un anuncio de la Agencia Mundial Antidopaje en octubre del año pasado ampliando su prohibición de «dopaje genético» a los agentes de modificación genética diseñados para alterar las secuencias del genoma y la expresión génica.

Sweeney señaló que los científicos no saben qué consecuencias involuntarias podrían surgir al cambiar un gen específico en un individuo, lo que significa que la tecnología ni siquiera está lista para los ensayos en pacientes con enfermedades mortales.

En el caso de dopaje genético a través de terapias génicas, usando vectores, es relativamente fácil buscar una copia adicional de un gen y confirmar que un atleta ha sido dopado genéticamente, cuando se tiene acceso a una muestra biológica, como sangre del individuo, dijo Olivier Rabin, director ejecutivo sénior de ciencias y asociaciones internacionales en la agencia antidopaje.

En particular, dijo Rabin, la agencia ha desarrollado una metodología que se puede aplicar para buscar diferentes genes. No se proporcionaron más detalles, ya que se mantiene confidencial para poder atrapar a los atletas infractores, agregó.

«La edición de genes es un poco más compleja que la terapia genética», agregó Rabin. La agencia antidopaje está trabajando en estrategias para revelar la posibilidad de que las personas editen sus genes para mejorar el rendimiento, dijo.

Algunos expertos argumentan que los atletas siempre usarán la tecnología más moderna para buscar una ventaja, ilegal o no. Lo que significa un gran reto ético, debido a la disponibilidad que se tendrá en un futuro para adquirir una mejora “molecular”, misma que no será equitativa para todos los atletas.

La ciencia parece igualar a las películas de ciencia ficción antes de lo que imaginamos, y solo el tiempo dirá cuán aceptable será aceptar los cambios en el ADN, cuando el fin no sea terapéutico.