En los últimos años se han reportado desenlaces fatales debido a olas de calor, durante el verano en países de norteamérica y algunos países europeos. Sin embargo, el riesgo se encuentra latente para todas las personas sin importar su lugar de residencia o la temperatura que alcance el verano. El golpe de calor hace referencia a la temperatura peligrosa que puede alcanzar el cuerpo, misma que puede verse alterada por factores externos y no necesariamente climáticos.

¿Qué es un golpe de calor?

Un golpe de calor ocurre cuando la temperatura central corporal aumenta por encima de los 40°C, mientras se experimentan cambios en la función cerebral, como alteración del estado de conciencia y el estado mental, que usualmente se asocian con efectos cardiovasculares nocivos manifestados en disminución de la presión arterial y aumento de la frecuencia cardiaca, explica el Dr. Corey Slovis, profesor y jefe de la sala de emergencia en el Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt.

Bajo estas condiciones, la también llamada hipertermia, genera un riesgo de daño cerebral permanente, falla cardiaca y renal y muerte inminente, aclaró Slovis.

Diferentes tipos de golpe de calor

Existen dos tipo de golpe de calor. El que afecta comúnmente a atletas de alto rendimiento, como maratonistas o futbolistas, llamado golpe de calor por esfuerzo, en donde debido a un ejercicio extenuante, el cuerpo no puede disipar el calor lo suficientemente rápido.

El segundo tipo y más frecuente, se conoce como golpe de calor pasivo o clásico, en donde por diversas razones las personas se deshidratan progresivamente. “Normalmente nos liberamos del exceso de calor a través del sudor, eliminando el calor por evaporación” dice Slovis. Cuando existe deshidratación, se pierde la habilidad de sudar, alterando el mecanismo de enfriamiento y por ende, aumentando la temperatura central rápidamente.

Dichos eventos pueden ocurrir en espacios cerrados sin ventilación como un automóvil, o incluso en situaciones de hacinamiento en donde no se puede disipar el calor aumentando la humedad.

¿Qué le pasa al cuerpo durante un golpe de calor?

Cuando la temperatura aumenta, la células del cuerpo se desorganizan y empiezan a tener un comportamiento caótico, menciona Craig Crandall, profesor de Medicina Interna del Centro Médico de la Universidad de Southwestern Texas. Lo que genera una cascada de eventos, que alteran al sistema nervioso, seguido del cerebro y por último los demás órganos.

El cerebro se inflama, las células cerebrales dejan de trabajar y por ende dejan de proporcionar al resto del organismo la información adecuada para su funcionamiento. “El cerebro se empieza a apagar de a poco” afirma Crandall.

La inflamación libera toxinas que se diseminan por el torrente sanguíneo alterando la función de los órganos. Los intestinos se permeabilizan y liberan aún más toxinas que incluso pueden generar un choque séptico (falla multisistémica por infección).

La sangre, puede coagularse, lo que evidentemente afecta la circulación sanguínea y el transporte de oxígeno. La persona que sufre un golpe de calor pierde la conciencia, entra en coma, convulsiona y si no es atendida últimamente morirá, dice Crandall.

Signos y síntomas de alarma de un golpe de calor

El signo evidente, según el Centro de Control y Prevención de las Enfermedades (CDC), es el aumento de la temperatura corporal. Mismo que se manifiesta piel roja, seca o húmeda y un aumento en la frecuencia cardiaca. También se puede presentar dolor de cabeza, mareo, náusea, hiperventilación, confusión y pérdida de conocimiento.

Es importante mencionar que los síntomas dependen de la persona. Algunos individuos pueden estar en peligro y experimentar síntomas leves que incluso pueden desaparecer al rehidratarse. En otros casos, la persona puede perder la habilidad de controlar la temperatura aún con tratamiento y llegar a una falla generalizada, seguida de la muerte.

¿Cuál es el tratamiento para el golpe de calor?

«Hay dos cosas que se desean conseguir al tratar a una persona con hipertermia, una es mantenerla húmeda y la otra mantenerla ventilada”, dice Slovis. La estrategia es enfriar al paciente rápidamente, hidratarlo y conseguir una temperatura corporal lo más cercana a la normalidad, lo antes posible.

En las salas de emergencia se utilizan baños de hielo, junto con rociadores de agua mientras se colocan ventiladores a su alrededor, para maximizar la evaporación. Por lo general, enfriar al paciente es la forma más comúnmente usada, sin usar medicación.

La probabilidad de una recuperación completa después de un golpe de calor depende de varios factores como: la edad, su condición física, si existen enfermedades concomitantes,y el tiempo de exposición al calor. Por ejemplo un atleta por lo general se recupera completamente, aunque el riesgo de padecer eventos similares aumenta incluso por meses.

Independientemente de los factores mencionados, una vez que el cuerpo llega a los 40°C y ocurren cambios profundos en la función cerebral, “existe riesgo de daño cerebral permanente y falla renal y cardiaca” menciona Slovis. El daño ocurre inmediatamente, el resultado ya depende de la persona y el tiempo.

¿Quiénes son vulnerables a un golpe de calor y cómo protegernos?

Los dos grupos que corren mayor peligro, son los niños y los ancianos. Ninguno de estos, puede controlar la regulación de la temperatura de la manera que lo hace un individuo maduro. Por lo que ante una exposición importante a temperaturas elevadas es necesario tomar precauciones.

Por otro lado, “mientras más ajustado esté el cuerpo al calor, mayor resistencia tendrá a los cambios orgánicos biológicos generados por el calor” dice Crandall. Entonces, por ejemplo, personas que trabajan en el campo o hacen ejercicio regularmente están más aclimatados al calor y tienen menos probabilidad de sufrir un golpe de calor.

Además de la aclimatación, una persona que use ropa floja al exponerse al sol, tome mucha agua, evite el sol en el momento más caliente del día y nunca permanezca en lugares cerrados, como un carro, estará protegiéndose de la hipertermia, asegura la Clínica Mayo.

Fuente: CNN Health