Entendiendo el climax masculino

Existe la percepción de que el orgasmo del hombre es un proceso muy simple. Pero como en muchos otros casos, las apariencias engañan, pues por debajo dicho proceso es realmente complejo. A continuación, para conocerlo mejor, vamos a conocer los elementos que se encuentran involucrados y los pasos que se siguen para alcanzarlo.

Elementos involucrados en el orgasmo masculino

Los pasos que sigue un hombre para alcanzar el orgasmo involucran hormonas, vasos sanguíneos, nervios y varios órganos trabajando en conjunto. Este trabajo termina brindando como resultado la eyaculación de espermatozoides por medio de fuertes contracciones musculares.

El combustible encargado de alimentar el proceso que concluye en el orgasmo es la testosterona. Esta hormona es producida de manera constante por los testículos, los cuales también se encargan de producir millones de espermatozoides cada día. Estos, cuando maduran, se mezclan con líquidos blanquecinos ricos en proteínas que sirven para nutrirlos y que, además, les brindan apoyo para que puedan vivir después de la eyaculación durante un tiempo limitado. Esta mezcla es conocida como semen y es lo que se mueve a través de la uretra para salir del pene durante el orgasmo.

La fuerza del deseo sexual de un hombre viene determinada por la testosterona que fluye por su cuerpo junto con varios factores psicológicos. Este deseo, también conocido como libido, es la clave en el inicio del proceso que termina derivando en el orgasmo. Un hombre puede carecer de apetito sexual si, por ejemplo, tiene poca testosterona o sufre de depresión. En ese caso, su cuerpo no responderá a los estímulos sexuales y no será capaz de alcanzar el orgasmo.

Etapas del orgasmo

Para alcanzar el orgasmo, un hombre pasa normalmente por dos etapas previas, el orgasmo en sí mismo y una etapa posterior que suele ser ineludible.

Excitación

Cuando el hombre percibe algo o alguien que despierta interés sexual, el cerebro envía a través de la médula espinal una señal hasta los órganos sexuales que causa una erección. El pene se endurece cuando la sangre llena el tejido esponjoso dentro de su cuerpo. La sangre llega hasta allí llevada por las arterias, que se expanden para permitir que la sangre fluya a una velocidad 50 veces mayor de lo normal. Las venas del pene normalmente drenan la sangre hacia fuera, pero en este momento se cierran para que quede más sangre dentro, lo cual produce una erección firme. Al mismo tiempo, el escroto, que es el conjunto de envolturas que cubren y alojan a los testículos, se tensa hacia el cuerpo y también los músculos de todo el cuerpo aumentan la tensión.

Meseta

Esta fase puede durar desde 30 segundos hasta 2 minutos. En ella, el cuerpo del hombre se prepara para el orgasmo. La tensión muscular aumenta cada vez más y se realizan movimientos involuntarios en el cuerpo, especialmente en la pelvis. La frecuencia cardíaca aumenta hasta entre 150 y 175 latidos por minuto. En este momento, un líquido claro puede empezar a fluir desde la uretra. Su misión es cambiar el balance de pH de la uretra para mejorar las posibilidades de supervivencia de los espermatozoides.

Orgasmo

En sí mismo, el orgasmo tiene dos fases: emisión y eyaculación. En la emisión, el hombre alcanza la inevitabilidad eyaculatoria, el «punto de no retorno»: por mucho que lo intente, ya no puede evitar eyacular. En este momento, el semen se deposita cerca de la parte superior de la uretra, preparado ya para salir. Después, llega la eyaculación, que se produce por una serie de contracciones rápidas de los músculos del pene y alrededor de la base del ano. Al mismo tiempo, es posible que se presente un empuje pélvico involuntario. Son los nervios que causan estas contracciones musculares los que también se encargan de enviar mensajes de placer al cerebro.

Resolución y refracción

Tras eyacular, el pene empieza a perder la erección. Más o menos, la mitad de la erección se pierde de manera inmediata y el resto desaparece poco después. La tensión muscular se desvanece y es posible que el hombre se sienta relajado o somnoliento. Antes de poder lograr otra erección, un hombre generalmente tiene que pasar por un período refractario o fase de recuperación que dura aproximadamente media hora.

Es en este punto donde podemos apreciar una de las diferencias principales entre el orgasmo masculino y femenino: una mujer puede experimentar más de un orgasmo sin perder la excitación sexual y no tiene que pasar por un período refractario posterior, mientras que el hombre generalmente se sacía después de alcanzarlo.

Qué hacer cuando hay problemas para alcanzar el orgasmo

Algunos hombres pueden tener problemas para conseguir orgasmos. A menudo, esto es debido a factores psicológicos, como por ejemplo sentirse afectados por un evento traumático, una crianza religiosa o haber caído en los patrones de masturbación que han condicionado al cuerpo a requerir de más tiempo para alcanzar el orgasmo. Sin embargo, los problemas también pueden ser causados por tomar ciertos medicamentos o por tener una enfermedad neurológica.

Una manera de abordar estos problemas a corto plazo implica la estimulación del pene con un vibrador o algún otro tipo de juguete sexual. Sin embargo, para conseguir cambios significativos, a menudo es necesario pasar por algún tipo de terapia sexual. La terapia por lo general involucra a la pareja y tiene como objetivo la realización de actividades sexuales enfocadas en el placer y en reducir la presión psicológica producida por el desempeño durante las mismas.

En el caso de experimentar problemas de manera consistente para alcanzar el orgasmo y la eyaculación, lo mejor es visitar al médico. Solo un examen minucioso y una lectura del historial médico puede revelar la razón por la que existen esos problemas y, por lo tanto, ayudar a darles solución.

Fuente: Everyday Health