Todos los expertos están de acuerdo en que emborracharse o consumir alcohol durante el embarazo es alarmantemente peligroso para el feto, y aconsejan categóricamente que no se debe hacerse. Pero, ¿qué se sabe al respecto de beber poco u ocasionalmente?

¿Qué tan poco es poco?

Resulta que no existe mucha información en relación a qué cantidad de alcohol podría beber una mujer embarazada sin hacer daño a su bebé, de acuerdo a un estudio publicado por el BMJ Open este mes.

En los Estados Unidos, así como en el mundo, los médicos han advertido por décadas que beber cualquier tipo de alcohol durante el embarazo puede provocar problemas médicos serios, como aborto, óbitos (bebés que mueren dentro del útero) o niños con problemas físicos y de comportamiento, en lo que se conoce como el trastorno del espectro alcohólico fetal.

Hace un año, el reporte del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) dijo que las mujeres deben evitar por completo beber cualquier bebida alcohólica si no están usando un método anticonceptivo y existe la posibilidad de estar embarazadas. La campaña global se enfoca en un slogan que dice “Sin alcohol, sin afectación por alcohol”.

El último artículo publicado, indica que se debería realizar una investigación más a fondo de los efectos del consumo ligero u ocasional de alcohol, para poder entender los riesgos potenciales y encontrar respuestas para las preguntas frecuentes que realizan las mujeres embarazadas, como: “¿Si tomo una copa no pasa nada, verdad?, ¿Si es solo para el brindis podría pasar algo?”, etc.

El investigador principal del artículo Loubaba Mamluk, de la Universidad de Bristol en Reino Unido, dice que “El punto de mayor tensión en el debate, y que genera confusión en los médicos y mujeres embarazadas, es la distinción del límite entre beber poco y abstenerse

Alrededor de 1 de cada 10 mujeres embarazadas de entre 18 y 44 años, en los Estados Unidos, reporta haber ingerido al menos una bebida alcohólica en los últimos 30 días, según la CDC.

¿Una es ninguna?

El estudio incluyó una revisión sistemática y análisis de todos los estudios realizados sobre bajo consumo de alcohol en embarazadas desde 1950 hasta 2016. Tomando como un bajo consumo la ingesta de 32 gramos de alcohol a la semana, lo equivalente a 2 copas de vino. De miles de estudios revisados sólo 24 cumplieron con criterios de revisión, dijo Mamluk.

Después del análisis, encontraron que existe una escasez de evidencia que demuestre si existe un “límite seguro” ni tampoco un “impacto perjudicial” del consumo ligero de alcohol durante el embarazo.

Por lo que, ante las preguntas comunes de las madres embarazadas, la respuesta adecuada debería ser: “Nadie puede cuantificar el riesgo que implica, lo más probable es que sea bajo en base a la información que se tiene, pero no se puede prometer nada”, comentó el Dr. Robyn Horsager-Boehrer, profesor y jefe de Obstetricia y Ginecología en la Universidad de Texas Southwestern’s William P. Clements Jr. University Hospital, quien no estuvo involucrado en el estudio.

La Dra. Janet Williams, profesora de pediatría en la Universidad de Texas Health San Antonio, quien tampoco participó en el estudio comenta que “el hecho de que la evidencia de riesgos potenciales para la salud asociados con la bebida ligera, no se hayan encontrado en el nuevo documento, no significa que no hayan riesgos en absoluto”, dijo. “Se sabe que la cantidad y frecuencia de la ingesta, en especial las borracheras, si se correlacionan con un riesgo incrementado de alteraciones”, agregó.

Hay tanto otros factores que pueden complicar un embarazo, que “por qué no darle al niño la posibilidad de no tener un potencial riesgo que le signifique limitaciones y problemas de salud en su vida?” comenta Williams. Hay muchas otras bebidas no alcohólicas y formas de relajarse, que no confieren un riesgo para el bebé.

Mientras la gran mayoría de organizaciones de salud aconsejan firmemente que no se debe consumir alcohol durante el embarazo, dos estudios controversiales,  uno en el 2010 y otro en el 2013, sugieren que el consumo de bebidas ligeras podría no ser perjudicial para la salud futura del bebé.

El primer estudio, reporta que una madre que consume una o dos copas a la semana, no tiene un riesgo incrementado de problemas cognitivos o de comportamiento en su hijo hasta los 5 años. El segundo estudio reportó que no se encontró evidencia de que el consumo moderado de alcohol durante el embarazo afecte el desarrollo neurológico de los niños.

Por supuesto, que mientras no exista mayor investigación, la consigna universal es que se debe evitar el consumo de todo tipo de alcohol durante el embarazo. El prevenir el mínimo riesgo de una alteración fetal,  siempre va a ser más importante que un momento de diversión.

Fuente: CNN Health