¿Está tu barba llena de gérmenes?

Las barbas siguen estando de moda entre los hombres, y en algunas tendencias los están las barbas muy pobladas. Esto ha hecho resurgir un viejo debate: el de si las barbas son o no un imán para los gérmenes y las bacterias. De hecho, hace un par de años se difundieron informaciones que, literalmente, titulaban diciendo que una barba podría estar más sucia que un retrete.

Claro, ante titulares así, es fácil pensar en lanzarse en busca de la afeitadora no para rasurarnos, sino para exterminar nuestra frondosa barba de hipster. Sin embargo, antes de hacerlo, sería bueno mirar con más profundidad la evidencia disponible y tratar de averiguar de dónde viene esta historia de las barbas «sucias como retretes».

Y es que, en lugar de provenir de un estudio revisado por pares en una revista médica o científica, la investigación provino del equipo de un noticiero que se dedicó a frotar un puñado de barbas en Alburquerque, Nuevo México. Las muestras que obtuvieron fueron examinadas por John Golobic, un microbiólogo de Quest Diagnostics que luego declaró a KOAT-TV que «normalmente no me sorpendo y esto me ha sorprendido».

Resultados perturbadores… como el rigor de la «investigación»

El canal de televisión informó que varias de las barbas examinadas «contenían muchas bacterias normales, pero algunas eran comparables a retretes». Golobic señaló que «habría un grado de falta de higiene que sería perturbador». A partir de aquí, pasó lo que pasa con estas «noticias» en Internet: que se hace viral y se propaga por todo el mundo.

Fue entonces que algunos comentaristas señalaron que, aunque no había razones para dudar de lo que había encontrado Gobolic, la aproximación al estudio se quedaba muy corta respecto a la ciencia que se pone en práctica de manera correcta. El microbiólogo hizo lo que le pidieron. Otra cosa es las muestras que se utilizaron y cómo se obtuvieron.

Por ejemplo, no se dijo nada de los hombres limpios y afeitados. Ya que las bacterias se adhieren a cualquier tipo de superficies, incluida la piel, esto podría haber resuelto la pregunta que realmente necesitamos saber: ¿tienen una barbas más bacterias que la piel de un rostro afeitado?

Este debate de la higiene y la barba volvió a aparecer el año pasado cuando la BBC y el Sydney Morning Herald citaron en una noticia un estudio «reciente» que desacreditaba esa afirmación de que las barbas eran sucias.

La «reciente» investigación en realidad fue publicada en 2014 en el Journal of Hospital Infection y en ella se compararon la colonización bacterial en los rostros de 408 trabajadores masculinos de salud tanto con vello facial como sin él. Y lo que descubrieron es que había muy poca diferencia entre los dos tipos, aunque los resultados señalaron que había algunas especies de bacterias más propensas a encontrarse en aquellos que no tenían barba.

Y a pesar de estos resultados, los investigadores señalaron que hubo algunas limitaciones a su estudio, incluyendo no ser capaces de evaluar si la densidad de las barbas de los hombres podría o no afectar a la colonización bacteriana. Es decir, que ni bajo condiciones científicas se podían hacer afirmaciones concluyentes como las que circularon por la red y fuera de ella.

La barba va y viene y no tiene que ver con la higiene

En 2015, Alun Withey, un historiador académico de medicina que forma parte de la Universidad de Exeter (Reino Unido), empezó un proyecto de 3 años para trazar la historia de la salud e higiene del vello facial entre 1700 y 1918. Durante ese tiempo, la barba estuvo de moda de manera intermitente. Por ejemplo, entre 1700 y 1830, la moda era ir afeitado. Sin embargo, en la época victoria se puso de moda la barba, esas barbas tupidas y patriarcales al estilo de Darwin o Dickens, dominando desde 1850 hasta finales del XIX.

Más cercano en el tiempo encontramos el auge de las barbas hippies en los 60, que alcanzaron su punto álgido en el modelo masculino barbudo que se presentaba en el libro de 1972 «The Joy of sex», de Alex Comfort, una obra que vendió millones de copias. Por cierto, que ese libro fue actualizado y vuelto a publicar en 2002 y por entonces el modelo había sido reemplazado por hombre afeitado.

Withey data la aparición de la actual barba «hipster» en 2013. Y aunque no parezca que haya pasado de moda aún, en su opinión no parece que vaya a terminar pronto. De hecho, para él las críticas acerca de la higiene o falta de ella que comportan tan solo reflejan su popularidad.

Cuando ese reportaje televisivo hizo aparición y se replicó por medios de comunicación de todo el mundo, Withey escribió en su blog que «En la década de 1660, el eclesiastico e historiador Thomas Fuller se refería por escrito a la barba como «Esos excrementos ornamentales bajo la barbilla»», haciendo ver así que afirmaciones de ese tipo no son nuevas precisamente.

De toda esta historia se puede extraer que en verdad hay que tener cuidado con creerse todo lo que se lee y, además, luego repetirlo sin hacer el más mínimo cuestionamiento. Es importante fijarse en las fuentes originales y sobre todo, estar alerta ante noticias que señalan los aspectos negativos de una moda. Sí, estos suelen existir y hay que estar atentos, pero también resulta muy suculento para los medios resaltarlos porque así incrementan su audiencia y, en estos tiempos de Internet, sus clics.

Fuente: WebMD