La acidez es uno de los malestares más comunes, no importa la edad, el sexo o el estado de salud de la persona; puede aparecer en cualquier momento. Resulta incómodo porque sucede después de comer cuando existe un exceso de ácido en el estómago y se presenta con una sensación de ardor que irrita el esófago, el tubo que conecta la boca con el aparato digestivo.
En algunas personas la acidez es frecuente. La manera de evitarla o reducirla está directamente ligada con ciertos hábitos alimenticios: horarios de la comida, tipo de alimentos y cantidad de porciones ingeridas.
En primer lugar se debe evitar comer demasiado. Un estómago muy lleno es más propenso a sentir acidez. Es mejor distribuir la ingesta en varias comidas o porciones al día y evitar esa sensación de llenura. Lo mismo sucede con la velocidad; muchas veces la vorágine de la rutina laboral deja poco tiempo para alimentarse y en pocos minutos se pretende comer todo un desayuno o almuerzo. ¡Ojo! Es importante masticar bien la comida y hacer una correcta digestión.
Los alimentos fritos también tienen una relación directa con la acidez. Las papas, el pollo frito, alimentos apanados… lo que sucede con este tipo de comida es que se queda más tiempo en el estómago y provoca mayor malestar. La alternativa: ingerir alimentos cocinados a la plancha, al horno o a la parrilla.
También es importante evitar los cítricos o ácidos. Por ejemplo, toronja, limón, naranja, salsas hechas a base de tomate, pueden disparar automáticamente una sensación de acidez, especialmente cuando se consumen con estómago vacío. Aquí la importancia de balancear la dieta y buscar frutas menos cítricas y salsas o condimentos que contengan menos tomate. Incluso los platillos preparados a base de ajo o con condimentos muy pungentes no son recomendables. Lo mismo sucede con el picante. Si existe acidez, la regla de oro es eliminar el picor porque irritará más el estómago.
En cuanto a las bebidas, existen algunas que provocan mucha acidez. Esta lista la encabezan el café y el alcohol. En el caso del café, incluso el descafeinado estimula la producción de ácido en el estómago. Por su parte, las bebidas alcohólicas relajan la válvula que se encuentra entre el esófago y el estómago y hace que se produzca mayor cantidad de ácidos. Por eso, muchas veces la sensación de resaca viene acompañada de acidez, en especial cuando se ha ingerido más alcohol que alimentos. Si el malestar es recurrente se debe sustituir el café por té sin cafeína o aguas aromáticas o pintar el café con un poco de leche (de preferencia semi o descremada) y evitar las bebidas alcohólicas.
Para los amantes del chocolate también hay malas noticias. El chocolate contiene cafeína y esto produce acidez. Se puede comer uno o dos pedazos de vez en cuando, pero es un dulce que debe eliminarse de la dieta diaria. Un chocolate después de una comida grasienta o con el estómago vacío es detonante automático de reflujo.
Como cualquier condición, la acidez se puede disminuir y evitar. Cada persona es distinta y aunque estos son los parámetros generales de los alimentos o hábitos que la inducen, lo recomendable es llevar una especie de bitácora en la que se indique qué tipo de alimentos le provocan malestar o en qué condiciones se ha presentado. Comer de manera saludable y ser ordenado con las comidas también puede ayudar a eliminar la acidez.
