¿Sabes reconocer los síntomas de la gripe? Aunque creas estar seguro, tu respuesta puede cambiar si te decimos que existen algunas enfermedades parecidos a la gripe que presentan síntomas similares, pero en realidad son otra cosa.

De hecho, un médico podría diagnosticarte con  una enfermedad similar a la gripe. Suena confuso, pero existe una diferencia entre estos dos resultados. Aquí los analizamos y explicamos cómo te podrían afectar estas enfermedades.

La gripe es una enfermedad conocida por afectar las vías respiratorias y ocasionada por el virus de la influenza. Entre los síntomas más comunes se encuentra la tos, dolor de garganta, nariz congestionada, dolor de cabeza, fatiga, fiebre y dolores corporales.

La enfermedad similar a la gripe o a la influenza abarca un espectro mucho más amplio. En este caso, los síntomas son similares como la fiebre, tos o dolor de garganta, pero la diferencia radica en que se desconoce lo que ocasiona.

Cómo se diferencia el diagnóstico

Te preguntas entonces: ¿cómo pueden diferenciar los médicos una gripe o de una enfermedad parecida a la gripe? En realidad existen algunas pruebas y diagnósticos clínicos que podrían determinar con exactitud, aunque una consulta al médico podría ser suficiente (y mucho menos costoso). Tu especialista te examinará y si se trata de una gripe sabrá reconocerla.

En el caso de que los médicos no estén seguros de que virus se trata y se presenten los síntomas similares, entonces te diagnosticaron con una enfermedad parecida a la gripe. Esto puede incluir otras afecciones como virus respiratorios, resfrío común, parainfluenza y rinovirus. Sin embargo, no se trata de una gripe per se.

A pesar de esto, independientemente de la causa, el tratamiento es similar pues en los dos casos se presentan molestias en el sistema respiratoria.

Más sobre el tratamiento

Esto quiere decir que los medicamentos antigripales y antivirales suelen ser una opción efectiva para combatir las enfermedades parecidas a la gripe. Estos fármacos pueden disminuir los síntomas y las molestias, además de acortar el tiempo de la enfermedad con un par de días.

Es importante que estos medicamentos sean diagnosticados por un especialista y que tu cita sea lo más pronto posible. De hecho, suelen ser más efectivos cuando se toman en las primeras 48 horas desde que se manifiestan los síntomas. Tampoco quiere decir que no serán efectivos si el tratamiento comienza después.

También te puedes apoyar de recomendaciones para los afectados de gripe, es decir beber muchos líquidos y hacer reposo. La fiebre y las infecciones virales suelen ser deshidratantes, es por esto que es importante beber mucha agua en este periodo para evitar el posible desarrollo de una neumonía. En el caso del descanso,  para tu cuerpo será más fácil reponerse si se encuentra en inactividad.

Algunos medicamentos de venta libre como el ibuprofeno también pueden ayudar a controlar los dolores de cabeza, corporales y la fiebre. Recuerda la importancia de no automedicarse y seguir las instrucciones de la caja. Por último, puedes probar con una ducha de agua caliente antes de acostarte para humedecer las membranas mucosas y  evitar la congestión a la hora de dormir.

Si los síntomas persisten durante varios días sin mostrar mejora, es importante que consultes con tu médico. Lo mismo debes hacer si mejores y empeoras nuevamente, pues puede ser signo de infección secundaria y tu médico debe estar al tanto.