Sí, nosotros tampoco sabíamos que la sal tenga una conexión con esos kilos de más. Y es que la creencia popular nos ha hecho entender que los alimentos salados solo aumentan nuestra sed y que por lo tanto deberíamos tomar más agua. ¿En eso también nos equivocamos?

Un nuevo estudio sugiere que la sal nos provoca un aumento de apetito y nos lleva a comer en exceso. Hasta este momento, los estudios de los efectos nocivos de la sal se habían enfocado alrededor de la presión arterial. Pero estos nuevos resultados revelan que hay mucho más que aprender sobre ésta y la dieta.

Primero, según la Asociación Americana del Corazón, no se debe sobrepasar el consumo de 2.3g de sodio al día, esto equivale a una cucharadita. Aunque ese ya es un monto elevado, pues idealmente no debería sobrepasar los 1.5g diarios.

Hora de romper mitos

La investigación liderada por Jens Titze, profesor asociado de medicina y de fisiología molecular y biofísica en la Universidad Vanderbilt en Nashville, encontró que las personas que comen grandes cantidades de sal en realidad beben menos agua y tienen más apetito. Esta combinación a largo plazo genera el aumento de peso.

Para realizar el estudio, acudieron a un grupo único de sujetos: 10 astronautas rusos preparándose para los rigores del viaje espacial a Marte. La simulación del viaje espacial, generó un ambiente para que el estudio interpreté como la sal los afectó.

A lo largo del ensayo, el único cambio que tuvieron los astronautas fue la cantidad de sal en su alimento. Al principio, comenzaron con una dieta de 12 gramos diarios, después de algunas semanas se redujo a 9, y finalmente a 6. Al finalizar sucedió algo que nadie esperaba, los participantes bebieron más agua a medida que su consumo de sal disminuyó y se quejaban de hambre mientras estaban en la dieta alta en sal.

Una dieta equilibrada

Ahora tienes otro buen motivo para reducir tu consumo de sal. El sodio, si bien es un parte esencial de nuestra dieta para mantener a nuestros músculos y nervios funcionando correctamente, además de ayudar a mantener el equilibrio adecuado de líquidos, debe ser consumido con moderación.

Sumado al potencial de causar sobrepeso, cuando los niveles de sodio en la sangre son demasiado altos, también sube la presión arterial. Y esto puede tener consecuencias como accidentes cerebrovasculares, enfermedades renales y otros problemas de salud con consecuencias graves y capaces de ser letales.