Es una fruta muy exótica y llamativa. Tiene un exterior puntiagudo, pero lleva en su interior una fruta jugosa, lisa y muy dulce. Desafortunadamente, el lichi podría ser muy peligroso para la salud e incluso letal.

Por muchos años en la India, se identificó una enfermedad inexplicable que resultó en la muerte de cientos de niños. Se trataba de un brote misterioso que sucedía a mediados de mayo mientras la temperatura se elevaba muchísimo. Los niños enfermaban de la noche a la mañana y eran llevados al hospital con altas fiebres y convulsiones, siendo fatales casi el 40% de los casos. A mediados de julio, en las temporadas de lluvia el brote se iba tan misteriosamente como había llegado. Hasta el siguiente año.

Durante muchos años fue una enfermedad inexplicable, hasta que dieron con una pista definitiva: los brotes se relacionaban con las toxinas de los lichi inmaduros. Éstas, combinadas con bajos niveles de azúcar en la sangre o malnutrición, pueden producir niveles de azúcar incluso más bajos o resultar en hipoglucemia.

Estas toxinas bloquean la producción de azúcar del cuerpo, que se vuelve especialmente peligroso para las personas que ya tienen reducciones en dichos niveles o para todos nosotros cuando dormimos, ya que se produce una disminución normal del azúcar.

A su vez, esto podría conducir a una encefalopatía, es decir un cambio en el funcionamiento del cerebro. Es muy posible que cuando el metabolismo de la glucosa se interrumpe, se obtiene la acumulación de otros metabolitos que podrían tener algunos efectos tóxicos también. Por eso, cuando la víctima es joven y desnutrida, el impacto es mayor.

El potencial de los lichis de envenenarnos solo se da cuando lo consumimos demasiado pronto o en excesiva cantidad. No debemos asumir que todas las frutas y vegetales son buenas para la salud, y recordar que algunas saben protegerse de los depredadores, como es el caso del lichi.