Cerca de la mitad de las mujeres en Estados Unidos tienen deficiencia de yodo, y un nuevo estudio sugiere que esto puede afectar a su fertilidad. El yodo es un mineral que ayuda a regular el metabolismo. Lo podemos encontrar en la sal yodada, los frutos de mar, productos lácteos, y en algunas frutas y verduras.

Un nuevo estudio realizado a 467 mujeres de Estados Unidos que estaban intentando quedarse embarazadas midió sus niveles de yodo. Aquellas con una moderada o severa deficiencia de yodo tienen un 46% menos de probabilidades de quedarse embarazadas durante cada ciclo menstrual que aquellas que tenían niveles normales de yodo.

Incluso las mujeres con una leve deficiencia del mineral tenían un poco menos de probabilidades de quedarse embarazadas, de acuerdo al estudio liderado por el D James Mills de la Instituto Nacional de Cuidado Infantil y Desarrollo Humano de Estados Unidos.

“Las mujeres que están planificando quedarse embarazadas podrían necesitar más yodo”, dice Mills, quien realizó la investigación junto con colegas del Departamento de Salud del estado de New York.

“La dieta occidental ha cambiado mucho en las últimas décadas, y la adopción de las dietas veganas y vegetarianas ha llevada a una disminución del consumo dietario de yodo”, dice el doctor Tomer SInger, quien dirige el departamento de endocrinología reproductiva e infertilidad en el Hospital de Lenox Hill en Nueva York.

“Dado que la dieta es la principal fuente de yodo de nuestros pacientes, se encuentra en la sal, frutos del mar, papas, arándanos y frutillas, les recomendamos a nuestras pacientes tomar vitaminas prenatales, que incluyen yodo, por lo menos tres meses antes de la concepción”, dice Singer.

El estudio mostró que la deficiencia de yodo es común entre las mujeres de Estados Unidos. Un 56% de mujeres tenían niveles adecuados de yodo; un 22% tenían un nivel leve de deficiencia; un 21% tenían deficiencia moderada; y un 1,7% presentaban una deficiencia severa.

“El requerimiento de yodo aumenta durante el embarazo, y el feto depende de este mineral para producir hormonas tiroideas y asegurar un desarrollo normal del cerebro”, explica Mills.

“Las vitaminas prenatales deben incluir 150 microgramos de yodo, según un reporte del 2015 de la Asociación Americana de la Tiroides, y deben ser tomadas antes y durante el embarazo, así como durante la lactancia”, recomienda Singer.

El yodo no solo es importante para el correcto desarrollo del bebé, también ayuda a mantener en funcionamiento normal a la glándula tiroidea. Se lo puede encontrar en otros alimentos como las algas, el atún, las sardinas, el salmón, la langosta, el camarón, los granos, los huevos y los vegetales.

Una cucharadita de sal yodada contiene 400 microgramos de yodo, eso es el doble de lo que la mayoría de adultos necesita cada día. Por ello, también hay que tener cuidado de no exagerar el consumo de yodo. Un exceso de yodo puede ser perjudicial para la tiroides y causar otros problemas como dolor de estómago, dolor de cabeza, diarrea y un sabor metálico en la boca.

Fuente: WebMD