La terapia hormonal puede ayudar a la depresión menopáusica

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La menopausia es un evento por el que todas las mujeres, inevitablemente, pasarán. A pesar de esto, aún existen muchos mitos en relación a los cambios que ocurren en el cuerpo a consecuencia del mismo. Uno de los cambios que pueden aparecer, es la depresión. ¿Se puede hacer algo al respecto?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se define como: el cese permanente de la menstruación, después de 12 meses consecutivos de amenorrea (ausencia de sangrado). Ocurre entre los 45 y 50 años de edad y representa el fin de la etapa fértil de la mujer.

Una nueva investigación indica que un año de terapia hormonal, elimina el riesgo de padecer síntomas de depresión en mujeres que están pasando la menopausia y el principio de la postmenopausia.

«32% de las mujeres a quienes se les asignó al azar el tratamiento con placebo experimentó síntomas depresivos clínicamente significativos. Por el contrario, a las mujeres a quienes se les asignó la terapia hormonal, el riesgo se redujo casi a la mitad, al 17%», dijo la investigadora y coautora Susan Girdler, profesora de Psiquiatría en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill.

Girdler añadió que hubieron dos factores principales que predijeron si las mujeres experimentarían o no síntomas de depresión durante la terapia hormonal. Un factor fue estar en la perimenopausia (la transición a la menopausia) y el otro si se encontraban experimentando estrés vital significativo, como perder a un ser querido o divorciarse.

Sorprendentemente, para las mujeres con antecedentes de depresión mayor, que es un factor de riesgo conocido para la depresión futura, la terapia hormonal no parece disminuir el riesgo de síntomas depresivos.

Girdler explicó que normalmente las mujeres que atraviesan la menopausia tienen un riesgo dos a cuatro veces mayor de padecer síntomas de depresión. Hay una serie de teorías sobre el por qué, incluyendo el estrés diario así como la idea de que algunas mujeres pueden ser más vulnerables a los cambios hormonales.

Para ver si la terapia hormonal podría tener un efecto sobre el riesgo de depresión, los investigadores reclutaron a 172 mujeres entre las edades de 45 y 60. Todas eran perimenopáusicas o recientemente posmenopáusicas al inicio del estudio.

Las mujeres fueron divididas al azar en dos grupos. Un grupo recibió un parche de placebo inactivo, mientras que el otro grupo recibió parches para la piel que dosificaban 0.1 miligramos de estrógeno diario, durante un año. También recibieron progesterona para garantizar que no existan efectos secundarios por el estrógeno.

Los investigadores también pidieron a las mujeres que completaran un cuestionario de síntomas de depresión. Sin embargo, no diagnosticaron a ninguna de las mujeres con depresión, solo con «síntomas depresivos clínicamente significativos».

La Dra. Hadine Joffe, directora ejecutiva del Centro Connors para la Salud de la Mujer y la Biología de Género en el Hospital Brigham and Women’s de Boston, fue coautora de un editorial que acompaña el nuevo estudio. Joffe menciona que factores como los sofocos y las alteraciones del sueño, también pueden jugar un papel en el aumento del riesgo de síntomas depresivos.

«Esos factores pueden tratarse con terapias sin medicamentos, como la terapia cognitiva conductual«, dijo Joffe. Y si ésta puede mejorar el sueño reduciendo los bochornos y el insomnio crónico, también puede reducir los síntomas depresivos. De preferencia, si una mujer puede usar con éxito una terapia psicológica sin medicamentos, que lo haga, recalcó.

Según Joffe, el tiempo promedio para la transición a la menopausia es de aproximadamente cuatro años. Girdler dijo que no está claro cuánto tiempo necesitarían las mujeres tomar terapia hormonal, pero no cree que sea necesario tomarla durante todo el tiempo de transición, particularmente porque el estudio encontró que las hormonas eran más beneficiosas en las mujeres al principio de la transición a la menopausia.

Sin embargo se debe tomar en cuenta que, la principal autoridad nacional en medicina preventiva de EE. UU., se mantuvo firme y recalcó que las mujeres posmenopáusicas deben evitar la terapia de reemplazo hormonal.

«Cuando los beneficios de la terapia hormonal superan los riesgos, las mujeres deben recibir la dosis más baja durante el menor tiempo«, dijo Rabin, Gineco-obstetra del Northwell Health en New Hyde Park, Nueva York, con respecto a las mujeres que atraviesan las primeras etapas de la menopausia.

A pesar de los hallazgos mencionados, el estudio debe ser replicado en otras poblaciones y tomando en cuenta todas las variables, por lo que se necesita de mayor investigación antes de tomar sus resultados como recomendaciones.