Las causas genéticas del cáncer de mama se han clarificado

Lazo color fucsia

Investigadores de 300 instituciones alrededor del mundo unieron sus fuerzas en la lucha contra el cáncer de mama. Lograron descubrir 72 mutaciones nunca antes reportadas en distintos genes, alteraciones que condujeron al desarrollo de cáncer de mama. Esta colaboración dio como resultado 2 grandes publicaciones en las revistas médicas Nature y Nature Genetics.

El grupo de expertos encontraron que 65 de éstas nuevas variantes genéticas identificadas son frecuentes en mujeres con cáncer de mama. Las otras 7 mutaciones predisponen a la mujer al desarrollo de un cierto tipo de cáncer de mama, llamado negativo para el receptor de estrógeno, mismo que no responde al tratamiento hormonal con tamoxifeno, lo que lo hace más agresivo.

Sumando el resultado de este estudio junto con investigaciones previas, el número total de variantes genéticas asociadas al cáncer de mama alcanza las 180

Más allá de los genes BRCA1 y BRCA2

El equipo internacional, llamado Consorcio Oncorray, estuvo conformado por 550 investigadores de 6 continentes diferentes, incluyendo el profesor Doug Easton de la Universidad de Cambridge, que lideró la investigación.

“Esencialmente, utilizamos muestras de sangre de un gran número de mujeres (casi 300.000), de las cuales la mitad había padecido cáncer de mama”, explicó Easton. Luego los investigadores utilizaron el ADN de las muestras y analizaron el genoma en búsqueda de mutaciones genéticas.

“Piensen que un gen es una cadena muy larga de ADN”, dijo el Dr. Otis Brawley, jefe médico de la Sociedad Americana de Cáncer, que no estuvo involucrado en la investigación. Este gen, tiene la información necesaria para producir una proteína, que va a ser la molécula funcional en el cuerpo. El ADN a su vez, está hecho de ácidos nucleícos, cuando un ácido nucleico está mal colocado en la cadena, se le conoce como una mutación, dijo Brawley.

Tomando como ejemplo a los genes BRCA1 y BRCA2, conocidos por conferir un riesgo elevado de cáncer de mama cuando tienen mutaciones. El gen BRCA1 tiene 125.950 ácidos nucleicos, si tan solo 1 de éstos cambia, el gen, ahora alterado, no podrá codificar correctamente la proteína. Cuando esto ocurre se produce una enfermedad.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Cáncer, el 55% a 65% de mujeres que heredan una mutación en BRCA1 y el 45% de las que heredan una mutación en BRCA2 desarrollarán cancer de mamá para los 70 años. Sin embargo, las mutaciones de estos dos genes sólo están presentes en menos del 1% de mujeres, lo que explica una mínima fracción del cáncer de mama hereditario.

Por esto, el consorcio se unió para descubrir otras causas de susceptibilidad para desarrollar cáncer de mama.

Encontrar las otras mutaciones

Inyección en el aire

 

Los investigadores analizaron el ADN en más de 10 millones de sitios a través del genoma, dijo el profesor y autor del estudio, Peter Kraft de Harvard. “En cada uno de estos sitios, nos preguntamos si la secuencia de ADN en mujeres con cáncer de mama variaba con respecto a la secuencia de  mujeres sin cáncer” explicó.

“Como nuestro fue tan extenso, pudimos detectar diferencias sutiles entre ambos grupos de mujeres y estar seguros que las diferencias no sean producto de la casualidad”, añadió.

De acuerdo con Jacques Simard, autor del estudio y profesor de la Universidad Laval de Quebec, las nuevas mutaciones descubiertas sólo aumentan ligeramente el riesgo de cáncer de mama en las mujeres, alrededor del 5 al 10% de incremento. Pero aunque individualmente, estas mutaciones no tengan un efecto tan grande como BRCA1 y 2, son tantas, que la “contribución en conjunto es aditiva” dijo Easton.

Por esta razón, una mujer puede tener un riesgo incrementado de padecer cáncer de mama al tener 2 o más de estas mutaciones de bajo riego, en donde el efecto combinado es causal.

Kraft hizo hincapié en que “tomadas en conjunto, estas variantes genéticas podrían identificar una proporción pequeña de mujeres que tienen hasta 3 veces más riesgo de padecer cáncer de mama”. Mujeres que tengan cierto número de éstas mutaciones podrían empezar con estudios preventivos, como la mamografía, antes de lo establecido.

Simard concuerda, señalando que puede ser hora de «adaptar» guías de detección de cáncer de mama basadas en ésta información en vez de basar las guías de cuando realizar una mamografía solo tomando en cuenta la edad. Al hacer esto, “se detectarán un mayor número de cánceres de mama”, dijo Simard.

Cuantificando el riesgo de cáncer de mama

Brawley describió a la nueva investigación como “no algo que cambie el mundo”. “Es muy importante para nosotros los nerds”, pero no tanto para el público en general. Este tipo de estudios ayudan a los expertos a identificar mutaciones que sirvan para “cuantificar el riesgo” añadió. Ayuda a determinar qué persona, quizás un familiar de un paciente, tiene un riesgo añadido. El riesgo “normal” de desarrollar cáncer de mama durante toda la vida es de 12.2% para las mujeres en Estados Unidos.

Lisa Schlager, colaboradora, dice que estudios y evidencia anteriores indicaban que alrededor del 10% del cáncer de mama es hereditario. “Esta nueva información podría significar que ese estimado era realmente bajo” añadió.

Es trascendental para los pacientes saber si su tipo de cáncer fue a causa de una mutación genética, porque además podrían tener un riesgo incrementado para desarrollar otros tipos de cáncer o su tratamiento podría diferir solo basado en su genética, dijo Schlager.

Lograr una medicina personalizada

Para lograr el cometido de una medicina personalizada, los gobiernos y sistemas de salud deben “acoger la idea de usar la información genética para hacer una medicina a la medida, al proporcionar acceso asequible a los exámenes de detección e intervenciones preventivas necesarios” dijo Schlager.

“Este tipo de estudios que analizan todo el genoma se han y se siguen utilizando para identificar genes asociados a un incremento del riesgo en muchas enfermedades, incluyendo diabetes, Alzheimer y enfermedad cardiaca” dijo Brawley.

Además, la metodología utilizada por el Consorcio Oncorray fue diseñada para usarse en muchos otros tipos de cáncer, incluyendo próstata, ovario, colorrectal y cáncer pulmonar, dijo Easton.

Es importante tomar en cuenta que el estudio se hizo básicamente en mujeres con ascendencia europea, “de seguro omitimos algunas variantes asociadas a cáncer de mama que son comunes en otras poblaciones y raras en europeas”, dijo Kraft. Para poder encontrarlas es necesario reproducir el estudio en africanas, afroamericanas, latinas, asiáticas, entre otras, añadió.

Es importante denotar que la lección más importante tras este estudio es que “los científicos no deben ser competencia, realmente estamos trabajando en conjunto para acelerar y mejorar los descubrimientos”.