Seguro más de una vez te has puesto el objetivo de llevar una vida más saludable, pero ¿qué significa esto? Una vida saludable implica ejercicio, una dieta equilibrada, visitas al médico, horas de sueños, buenos niveles de hidratación y mucho más. Esta pequeña guía puede ayudarte mucho a la hora de llevar el estilo de vida que estás deseando.

Una dieta equilibrada

Comer sano no debe ser restrictivo y de hecho si aprendes a cocinar puede incluso ser muy divertido. Recuerda que comer sano es cuestión de aprender lo que tu cuerpo necesita y saber medir las cantidades, y por supuesto de vez en cuando comer ese postre que tanto te gusta.

Lo primero que debes hacer es mantenerte bien hidratado. La cantidad de líquidos que nuestro cuerpo necesita varía según la actividad física que realicemos, el lugar donde vivimos y la temperatura del ambiente. Una buena norma es alrededor de 8 vasos durante el día que puede ser uno antes de cada comida y durante. Si tu orina luce de color oscuro, probablemente te falte hidratarte.

Otra buena práctica es dejar de contar calorías y contar nutrientes, tu cuerpo necesita carbohidratos, fibra, azúcar natural, proteína, vegetales y grasas. Así que no olvides incluirlo todo en tus comidas del día a día.

Puedes incluir fibra a través de carbohidratos integrales, como el pan o el arroz, o en los frijoles, garbanzos, lentejas u otras legumbres. También la puedes encontrar en las frutas, pero solo en la fruta fresca y no en los jugos. Además las frutas también son una excelente fuente de azúcar natural.

A la hora de servir tu plato, procura que la mitad sea de verdes y vegetales. Puedes ser creativo y hacer nuevas mezclas cada día. De aderezo te recomendamos un poco de aceite de oliva o vinagreta, es mejor evitar las opciones cremosas del supermercado.

A pesar de su mala fama, también necesitamos grasa en nuestro día a día. De hecho, se estima que un tercia de los calorias que necesitamos al día viene de la grasas. La clave es obtenerlas de fuentes no saturadas como el pescado, aguacate, nueces y aceitunas. A la hora de comprar lácteos es mejor pedir las versiones bajas en grasa.

Por último, no abuses del alcohol. Varios estudios aseguran que una copa diaria tiene muchos beneficios para la salud, sin embargo esto no es acumulable. Es decir, tomar 7 copas en viernes no tendrá los beneficios de haber bebido una cada día. Al contrario, el exceso de alcohol puede provocar cáncer, presión arterial alta, lesiones y muchos otros problemas.

Actividad física moderada

Los estándares generales recomiendan hacer actividad física moderada al menos 3 veces a la semana por periodos de al menos 30 minutos. Si no tienes tiempo o ganas, podrías recibir los mismos beneficios de una caminata rápida de 20 minutos al día o 15 de trote. Mientras mayor sea la intensidad, menor es el tiempo necesario. Es importante tener los cuidados necesarios para evitar una lesión, si eres principiante no te exijas demasiado.

Otro buen consejo es hacer pesas además de ejercicio cardiovascular (bailar, nadar, trotar, montar bicicleta). Las pesas ayudarán a tu desarrollo muscular e incluso tendrán un efecto positivo en tu metabolismo y en la quema de calorías. No olvides estirarte bien una vez terminado.

Una revisión anual

Es importante que un especialista constate tu buen estado físico. Si bien no todos podemos hacer una visita anual para asegurarnos que todo esté en marcha, si recomendamos visitarlo en caso de algún malestar en lugar de postergarlo. También mantente al día con las pruebas preventivas, exámenes de visión y cualquier otra revisión de enfermedades preexistentes.

Y no olvides al dentista. Si tienes una dentadura saludable, una visita anual es suficiente. SI tienes dientes débiles, diabetes o fumas, será mejor hacer dos citas al año.

Otros hábitos

La calidad de sueño también afecta la salud, un adulto promedio necesita dormir 7 o más horas por noche. Trata de practicar buenos hábitos nocturnos, como acostarte y levantarte a la misma hora. Trata de que tu última taza de café o bebida con cafeína sea por lo menos 3 horas antes de dormir.

No olvides que estas pautas buscan ayudarte a vivir bien, no a hacerte sentir culpable. Todas las personas son diferentes y mientras pasan los años, aprendemos a reconocer lo que le hace bien a nuestro cuerpo. Consulta con los médicos siempre que tengas duda.