La bulimia es un tipo de trastorno alimenticio, donde quien la sufre come grandes cantidades de alimentos en poco tiempo (atracones) y luego para no subir de peso, busca deshacerse de la comida como de lugar y eliminar el sentimiento de culpa y vergüenza que ahora tienen. El método más común es el vómito inducido, pero también hay quienes recurren a los laxantes, ejercicio en cantidades exageradas e insostenibles o dejar de comer por completo.

Por lo general, las personas que sufren de bulimia juzgan mucho su aspecto físico y peso corporal. También existen muchos pacientes que terminan en esta enfermedad como un método de control sobre su vida, pues sienten que no pueden controlar lo que les pasa.

A pesar de ser uno de los trastornos alimenticios más conocidos (junto a la anorexia), muchas personas son muy rápidas juzgando a las personas que la sufren y las acusan como personas “sin fuerza de voluntad” y fomentan la culpa. Sin embargo, un nuevo estudio sugiere que el cerebro de una persona con bulimia actúa diferente cuando está estresado, de modo que es más difícil romper este patrón de comportamiento.

El pequeño estudio liderado por Sarah Fischer, profesora asociada de psicología en la Universidad George Mason observó que los cerebros de las mujeres con bulimia responden de manera diferente a las imágenes de los alimentos después de un momento de estrés que los cerebros de las mujeres sin bulimia.

Los investigadores trabajaron con un grupo de 10 mujeres con bulimia y 10 mujeres sin trastornos de la alimentación. Las mujeres primero recibieron una comida igual para que no sintieran hambre durante el estudio, después se escaneó su cerebro de en una máquina de resonancia magnética y luego completaron un cuestionario sobre sus niveles de estrés y antojos de alimentos. El siguiente paso fue fomentar estrés a través de la resolución de problemas matemáticos difíciles mientras recibían una retroalimentación negativa sobre su desempeño. Finalmente sus cerebros fueron escaneados nuevamente, esta vez con imágenes de comida.

A pesar de que las 20 mujeres reportaron los mismos sentimientos de estrés y antojos de comida en los cuestionarios, los datos de MRI revelaron una historia diferente. Las imágenes de resonancia magnética demostraron que las mujeres con bulimia habían disminuido el flujo sanguíneo en una parte del cerebro llamada el precuneus (asociado con la autopercepción y la memoria) mientras veían imágenes del alimento después de terminar los problemas matemáticos.

Este dato llevó a la conclusión que las personas con bulimia recurren al alimento para para evitar pensamientos sobre sí mismos, especialmente después de momentos de estrés. Los bulímicos tendrían entonces una reacción diferente frente al estrés en relación a las personas sin trastornos alimenticios.

Los investigadores duplicaron este estudio con otro grupo de 17 mujeres bulímicas y obtuvieron los mismos resultados. De todos modos, este es solo un punto de partida. Al ser un estudio tan pequeño, debe ser considerado solo como piloto y los resultados deben ser vistos con mucha precaución, pues todavía no ofrecen una respuesta a qué causa la bulimia nerviosa.

En Ecuador no existen cifras oficiales sobre cuántas personas sufren de bulimia en el país, pero según los datos de la Organización Mundial de la Salud, los trastornos alimenticios son la tercera causa de muerte en adolescentes. Si crees que sufres de algún tipo de trastorno, es importante acudir a un médico y buscar ayuda.