La obesidad es un problema mundial y lastimosamente no solo de la población adulta. Es una enfermedad epidémica tanto en países de altos, medianos y bajos ingresos.

Al ser un problema relacionado con el estilo de vida y los hábitos, se convierte en un problema crónico, y es así como los niños con obesidad por lo general serán adultos obesos, con los consecuentes problemas médicos tales como: enfermedad cardiaca, diabetes y cáncer.

Pero no todo está perdido, un nuevo estudio sugiere que existen “ventanas críticas” durante el crecimiento, en donde el camino a la obesidad puede ser cambiado. El estudio incluyó a más de 2.700 adultos finlandeses y encontró lo que muchos otros estudios ya han comprobado, el índice de masa corporal (IMC – razón matemática que asocia el pesos y la talla de un individuo), de un niño es un buen predictor de la obesidad en el adulto.

Las personas que sufren de obesidad en la adultez, ya tenían un peso mayor que sus pares para la edad de 6 años. Lo que sugiere que la infancia temprana es el primer periodo crítico para  prevenir la obesidad.

Sin embargo, los hallazgos señalan que existe un segundo periodo crítico, dijo la autora principal del estudio Marie-Jeanne Buscot, investigadora de la Universidad de Tasmania en Australia. La adolescencia parece ser vital también, enfatizó.

Y esto se debe a que no todas las personas que tuvieron sobrepeso en la infancia sufrieron de obesidad de adultos. Aquellos que no, lograron detener la ganancia de peso en la adultez temprana, para las mujeres alrededor de los 16 años, y en el caso de los hombres alrededor de los 21 años.

En contraste, los adultos que permanecieron obesos, por lo general intentaron detener la ganancia de peso alrededor de los 25 años, en promedio. Esta situación fue similar en los niños que tuvieron peso normal en la infancia pero se convirtieron en obesos en la adultez, todos ellos presentaron la ganancia de peso entre los 25 y 30 años.

Aunque el IMC ya es conocido como un gran predictor de obesidad en la adultez, Buscot señala que la acotación que realiza este estudio es denotar la importancia de la “trayectoria” de la ganancia de peso, como un predictor.

«No es solo el tiempo antes de los 6 años, sino también el ritmo con el que los niños ganan peso durante todo el período de la infancia», dijo Buscot.

El estudio es útil porque dio seguimiento a los jóvenes durante un largo período de tiempo, según Cynthia Ogden, investigadora del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU (CDC). Ella es coautora de un editorial que fue publicado con estos  hallazgos. «Es muy importante entender las trayectorias del IMC en la infancia», dijo.

Además agregó, que el aumento de peso en la edad adulta claramente sigue siendo importante: las investigaciones han demostrado que alrededor del 70% de los adultos obesos tenían un peso normal cuando eran niños.

¿Cómo lograron algunos niños con sobrepeso cambiar su trayectoria de ganancia peso? El estudio no lo puede explicar. Pero, en general, los niños logran mantener un peso saludable cuando hacen suficiente ejercicio y toda la familia se alimenta de forma equilibrada, según el CDC.

La recomendación mundial dice que los niños deben realizar al menos una hora de actividad física la mayoría de los días de la semana, desde saltar la cuerda y jugar a la pelota hasta clases de fútbol y baile.

En cuanto a la dieta, el CDC dice que los padres deberían limitar el azúcar añadido, incluidas las bebidas endulzadas, y por el contrario cambiarlas por muchas frutas y verduras, granos integrales, lácteos, pescado, frijoles y carne magra como proteínas.