El cáncer de colón es uno de los tipos de cáncer más comunes entre las personas. Afortunadamente, también es uno de los más curables siempre y cuando sean detectados a tiempo. Esta enfermedad sucede cuando células anormales crecen sin control en el revestimiento del intestino grueso, también conocido como colon o recto, formando pólipos.

Los pólipos, como podrás imaginarte, son crecimientos en el interior de los intestinos. En su gran mayoría son inofensivos, pero podrían transformar en cáncer colorrectal. Los dos tipos más comunes de pólipos intestinales son los adenomas y los pólipos hiperplásicos. También se forman cuando hay problemas con la forma en que las células crecen y se reparan en el revestimiento del colon.

El problema es que si bien detectada a tiempo puede ser muy fácil de ser curada, el cáncer colorrectal carece de signos de advertencia temprana. Los primeros síntomas se manifiestan mientras la enfermedad empeora. Puedes notar sangre en las heces, dolor en el vientre, problemas relacionados con la digestión como diarrea o estreñimiento, pérdida de peso inexplicable o fatiga. Sin embargo, cuando estos síntomas empiezan a manifestarse quiere decir que el tumor ha llegado a un tamaño considerable y ahora es más difícil de tratar.

Existen algunos exámenes y pruebas de detección que son factores claves para una detección temprana. Es por esto que la mayoría de personas debe realizarse una colonoscopia cada 10 años una vez que haya cumplido 50. Esta prueba puede ayudar a prevenir el cáncer mediante la detección temprana de tumores y en caso de encontrar pólipos, removiéndolos a tiempo. Según la opinión de tu doctor, también podrías realizarte exámenes de rayos X, análisis de heces u otra opción que considere viable.

La tasa de supervivencia o el pronóstico de recuperación depende de la etapa en la que haya sido detectada el cáncer. En este tipo, le atepa 1 tiene una tasa de supervivencia de 5 años (es decir de personas que viven 5 años o más después del diagnóstico) de entre el 87% y 92%. Esta cifra se disminuye mediante el progreso de las distintas etapas.

Como cualquier otra enfermedad, existen factores de riesgo que podemos controlar y otros que no. Entre los que no se encuentran: la edad (de hecho la mayoría de personas que sufren de esta enfermedad superan los 50 años); la presencia de pólipos o una enfermedad inflamatoria preexistente y por último antecedentes familiares de cáncer colorrectal o de pólipos precancerosos.

Lo que sí puedes controlar, es tener un estilo de vida saludable. Comer mucha carne roja o procesada, tener obesidad, llevar una vida sedentaria, fumar y consumir alcohol regularmente aumentan tus probabilidades de desarrollar cáncer de colón. Te recomendamos fuertemente evitarlo.

Algunos estudios sugieren que aumentar la ingesta de frutas y verduras, en especial de coliflor o brócoli, podría disminuir los riesgos de padecer esta enfermedad. Así que por qué no dar un intento a estos alimentos en la dieta del día a día.