Cuadro de una mano de una manzana

Se dice que la mente toma 21 días en aprender un nuevo hábito. Es decir, en teoría basta comer de manera saludable por 3 semanas consecutivas para que después no nos cueste tanto. Muchas personas aseguran que este número no es más que un mito o una creencia popular, y de hecho algunos estudios afirman que nuestro cuerpo necesita exactamente 66 días para automatizar un nuevo hábito.

Pero lejos del tiempo que necesites, enfoquémonos en los pequeños cambios que puedes hacer en el día a día para convertir el comer sano en algo habitual.

¿Sabías que una persona promedio come solo la mitad de verduras que debería? Necesitamos vegetales porque están llenos de fibra y vitaminas necesarias para nuestro cuerpo. Procura que la mitad de tu plato sea verde y atrévete a ser creativo. Por ejemplo, usa coliflor en lugar de pan para la masa de la pizza. También puedes incorporarlos en el desayuno, preparando un omelette con espinaca y cebollas, o haciendo un batido de kale, manzanas, plátanos y leche de almendra.

En general, es una buena idea considerar las porciones. Un buen secreto para hacer esto es limitar el tamaño de tu plato, mientras más pequeño sea, menos lo llenarás. Esto puede sonar a una idea loca pero parece ser cierto.

SI lo que te preocupa es la media mañana o media tarde, porque por lo general caes en snacks como papitas o chifles, puedes combatir esta ansiedad con proteína. Busca proteínas como yogur griego, queso, huevo duro o mantequilla de maní. Te ayudará a sentirte lleno por más tiempo y disminuye tu consumo de carbohidratos.

También puedes organizar tus platos con anticipación. Domingo por la noche puedes hacer un plan semanal del menú del día. Con el tiempo te darás cuenta que ya no sientes presión por cocinar algo rápido cuando llegas tarde o comprar comida camino a casa de un lugar de comida rápida.

Por último te recomendamos registrar tus comidas en un diario de alimentos. Esto toma unos pocos minutos al día y hace una gran diferencia. Es un buen método para visualizar lo que comemos, nos hace más conscientes de las elecciones de alimentos y ayudan a tener una dieta más saludable Existen varias aplicaciones disponibles que te pueden ayudar con esto o puedes hacerlo a la antigua con lápiz y papel.

Y algo que va de la mano con este punto, es reducir las visitas de los blogs de comida que ofrecen miles de recetas de deliciosos postres y otros bocadillos. Incluso si no los preparas, ver fotos de este tipo de platos ocasiona que nuestro cuerpo produzca la hormona del hambre y sintamos la necesidad de ir a comer.

Pon en práctica estos consejos y enfócate en lo positivo. Atrévete a probar nuevas recetas, haz caminatas hacia el mercado más cercano para buscar ingredientes y sobre todo trata de divertirte con esto. Tu cuerpo te hará sentir la diferencia.