niña y un hongo

Los seres humanos no estamos solos, los científicos siguen descubriendo que tanto el interior como el exterior del cuerpo está lleno de millones de microorganismos que, contrario a lo que uno puede pensar, juegan un papel beneficioso en nuestra salud y bienestar.

Los expertos dicen que es probable que más de la mitad del cuerpo está compuesto por mini invasores no humanos en forma de trillones de células microbianas y todos los genes que éstas poseen. Esta masa de “mini-formas” de vida ha sido llamada el microbioma y está cambiando la forma en que se define a la salud e incluso lo que significa ser «nosotros». Porque, según algunas estimaciones, solo el 43% de las células de nuestro cuerpo son en realidad «humanas».

El efecto Nightingale

Durante muchos años, la ciencia se ha enfocado en los mecanismo y medicamentos que ayuden a evitar que bacterias dañinas, virus y otros organismos pequeños que viven en nuestra piel y en nuestros estómagos nos enfermen.

El trabajo de Florence Nightingale sobre la esterilización de equipos médicos en los hospitales del ejército y el desarrollo de antibióticos como la penicilina, son dos ejemplos de cómo se utilizó el conocimiento científico y las mejoras tecnológicas para controlar a los gérmenes y a sus efectos secundarios no deseados.

Pero el microbioma es un gran ecosistema de organismos complejos, que incluyen bacterias, levaduras, hongos, virus y protozoos que pueden pesar hasta 2 kg en cada humano.

Los expertos dicen que este conjunto de microorganismos tiene una influencia beneficiosa en muchos aspectos de nuestra salud, desde enfermedades como la obesidad y el reumatismo, hasta enfermedades mentales como la depresión. También argumentan que el microbioma debería clasificarse como un órgano humano, del cual se debería investigar formas para mejorarlo en pro de nuestro bienestar.

«Son esenciales para la salud«, dijo Ruth Ley, directora del Departamento de Ciencias del Microbioma en el Instituto Max Planck en Alemania. «Tu cuerpo no es solo tú».

Los términos «buenas bacterias» y «malas bacterias» han existido por un tiempo, pero está surgiendo evidencia de que la forma en que viven las personas en las sociedades industrializadas podría dañar activamente sus microbiomas. Y los mismos antibióticos que hemos desarrollado para mantener a raya a las bacterias dañinas también dañan aquellos que nos mantienen sanos.

«Las bacterias intestinales participan en la recolección de energía de los alimentos, equilibran la composición bacteriana buena vs. mala, fabrican neurotransmisores como la serotonina, enzimas y vitaminas como la vitamina K y participan en las funciones inmunológicas y metabólicas«, dijo un artículo en el Journal of Cardiovascular Nursing. .

Según los autores del artículo, los cambios en las dietas de las poblaciones occidentales industrializadas han conducido a microbiomas intestinales menos diversos en comparación con las personas de poblaciones más rurales y menos desarrolladas. Lo que podría incluso explicar muchos de los padecimientos médicos en torno a la intolerancia a cierto tipo de alimentación.

La investigación hace hincapié en que las personas en las naciones desarrolladas pueden ser demasiado limpias. Al parecer el cambio general de los entornos naturales con poca exposición al suelo, los animales y otros microbios ambientales parece estar afectando el microbioma intestinal en formas potencialmente perjudiciales.
«Los niños criados en hogares con mascotas tienen menos riesgo de enfermedades alérgicas y nuevas pruebas demuestran un vínculo con los patrones del microbioma intestinal. La exposición a los perros parece alterar el microbioma intestinal para proteger contra las alergias de las vías respiratorias y los virus respiratorios » dijo Ley.

Perro con una persona

Curación natural con microorganismos

Los experimentos han demostrado que si las bacterias fecales de humanos obesos y delgados se trasplantan en ratones, entonces los animales se vuelven más gordos o más delgados, dependiendo de la bacteria que recibieron.

La evidencia reciente de modelos animales y humanos sugiere que la transferencia de bacterias fecales de personas delgadas a personas con sobrepeso podría usarse como una intervención terapéutica para combatir lo que es una verdadera emergencia de salud en todo el mundo, la obesidad.

Los investigadores también están investigando si una mejor comprensión de nuestro microbioma puede proporcionar curas para otras enfermedades, que van desde el síndrome del intestino irritable hasta el cáncer.

Los expertos incluso están examinando los hospitales en un intento por descubrir si su propia limpieza podría ser una de las causas de por qué las supuestas superbacterias pueden afectar a los pacientes después de las operaciones.

Jack Gilbert, un microbiólogo ambiental en el Laboratorio Nacional Argonne en Illinois, Estados Unidos, dijo en una entrevista en 2014: «Durante los últimos 150 años, literalmente hemos estado tratando de matar bacterias. Ahora hay una multitud de pruebas que sugieren que este enfoque de matar a todos no está funcionando.

«Ahora estamos tratando de entender que quizás, solo quizás, si pudiéramos cultivar bacterias no patógenas en las superficies de los hospitales, entonces podríamos ver si eso llevaría a un ambiente hospitalario más saludable».

Nada es absoluto, y la medicina no está exenta de esta ley. Al parecer la solución está en encontrar un equilibrio entre los microorganismos para combatir las enfermedades.