El SIDA es una enfermedad rodeada de estigmas, tabús y mitos, muchos mitos. Es importante informarse correctamente de esta condición y dejar de creer mitos que hacen mucho daño.

El primer mito se relaciona al contagio. Es muy difícil contraer VIH por el contacto casual: no te vas a contagiar por un abrazo o por compartir el vaso. Si te puedes contagiar por tener relaciones sexuales sin protección, compartir agujas o incluso tatuarte con equipo no esterilizado.

Segundo, no vas a saber que tienes VIH por los síntomas. De hecho, muchas personas no muestran signos hasta años después de haber sido infectadas, mientras que otros muestran síntomas pocas semanas después de la infección. La única manera de estar seguros es hacerse la prueba de VIH.

En tercer lugar, si tienes VIH o SIDA no tienes sólo pocos años para vivir. Muchas personas viven por décadas con esta condición y llevan una vida normal. Es importante consultar a un médico regularmente y seguir la guía que propone.

Esto no quiere decir que esta enfermedad tiene cura. Todavía se desconoce la cura para el VIH, pero existen tratamientos que ayudan a mantener el nivel del virus en cantidades bajas y mantienen el sistema inmunológico. Un doctor puede recetar las medicinas que mejor se adapten a tu salud.

El SIDA es una enfermedad que puede afectar a cualquier persona, sin importar la edad, género o preferencia sexual. Puede afectar incluso a niños recién nacidos que fueron contagiados por su madre, aunque un doctor puede reducir estos riesgos.

Recuerda cuidarte siempre de un posible contagio de esta enfermedad. Incluso si tú y tu pareja tienen el virus, es necesario continuar con el uso de un preservativo para evitar el contagio de más enfermedades.