¿Es difícil realizar resucitación cardiopulmonar (RCP)? No, no lo es. Este es el principal mito. Además, el creer que si, es la razón por la que una persona sin preparación médica o paramédica, se niega a realizarlo aún encontrándose frente a una situación de extrema urgencia.

El motivo por el que una persona requiere de resucitación cardiopulmonar es tras un paro cardiaco. Recordemos que el corazón funciona como una bomba eléctrica, que se encarga de repartir la sangre a todo nuestro organismo. Cuando el ritmo cardiaco es muy rápido a nivel de los ventrículos, o enlentece drásticamente hasta el punto de parar por completo, el ritmo del corazón es incompatible con la vida y se produce un paro cardiaco.

La supervivencia tras un paro cardiaco es muy baja. Pero esa probabilidad disminuye aún más debido a que la mayoría de personas no se sienten cómodas o preparadas para realizar medidas de reanimación. Por muchas años se pensó que la base de la RCP es la respiración boca a boca, éste concepto ha sido desechado por la American Heart Association desde hace aproximadamente una década. Lo esencial son las compresiones cardiacas.

¿Entonces qué podemos hacer? Cuando una persona colapsa en nuestra presencia, lo primero que debemos hacer es determinar si está inconsciente. Si la persona no reacciona, se deben iniciar compresiones en la mitad del pecho, lo más fuerte y rápido que se pueda, hasta alcanzar más de 100 compresiones por minuto. Esta acción proporciona presión arterial, aunque sea transitoriamente.

Tenemos que tener en cuenta que cuando una persona tiene un paro cardiaco, técnicamente ha muerto. Por lo que intentar reanimar no generará un daño adicional. Al contrario, puede devolverle la vida, o al menos mantener el flujo sanguíneo a los órganos vitales.

Por ningún motivo, la ayuda transitoria que brindamos reemplaza a la atención médica y/o paramédica. Antes o durante la iniciación de la reanimación, nos debemos cerciorar que alguien más haya alertado al servicio de emergencia, y que la ayuda esté en camino. Los primeros minutos tras un paro cardiaco son vitales, y en lo que llega la asistencia cuenta más que cualquier persona inicie la RCP, que no tratar en lo absoluto.

Los paros cardiacos son eventos repentinos, y no siempre van a ocurrir a personas con riesgo o en lugares con atención médica cercana. Ante la eventualidad debemos estar dispuestos a tomar acción.

Fuente: Business Insider