Les puede pasar hasta a los padres más cuidadosos: uno da la vuelta la cabeza por dos segundos y tu bebé se metió algo a la boca que no es comida. Afortunadamente, no todos los objetos extraños son una amenaza inmediata o ponen en peligro la vida de tu pequeño. Aquí te contamos las cosas más comunes que los menores de la casa pueden tragar por accidente y cuándo amerita una visita a la sala de emergencia.

Por ejemplo, las monedas no son tan peligrosas como creerías. Por supuesto que te debes preocupar si tu hijo tose o tiene problemas para respirar, pues podría significar que su esófago está bloqueado. Pero si respira normalmente, la moneda cumplirá su ciclo y será evacuada con normalidad.

Otros objetos típicos que suelen tragar los niños son los crayones. No te alarmes, si bien no podemos decir exactamente que son saludables, por lo general tampoco son tóxicos y no lastimarán a tus pequeños.

En el caso de la comida de perro y con los insectos, no debe ser una gran preocupación. Además en la mayoría de los casos, tus hijos no disfrutarán el sabor y no lo volverán a hacer. Lo mismo sucede con la arena, lodo, tierra o césped. El único motivo de alarma es si tu jardín ha sido tratado con pesticidas.

Si te preguntas cuáles son los objetos que requieren una llamada urgente al 911 son las baterías, pilas o imanes. Las dos primeras porque pueden liberar material tóxico mientras el cuerpo trata de descomponerlas y esto podría ser muy perjudicial para la salud. Y en el caso de los imanes, si el bebé traga dos o más, estos podrían adherirse entre sí a través de los tejidos y dañar a los órganos de manera permanente.

Otro signo de alarma que no debes descuidar, sin importar si es alimento o un objeto extraño, es que tu bebé esté respirando con normalidad. Si crees que está atorado es importante acudir a emergencia o llamar a un doctor. Y si te preguntabas sí el chicle se quedará 7 años en su sistema digestivo, afortunadamente eso no es más que una leyenda urbana.