Un estudio realizado por científicos japoneses sugiere que comer más lento puede ayudar a bajar de peso. Además, también es útil evitar comer después de la cena o, en general, dos horas antes de ir a dormir.

El estudio asoció esos pequeños cambios con la pérdida de peso, y menores índices de sobrepeso y obesidad. Comparadas con gente que come muy rápido, las personas que comen a una velocidad normal tienen un 29% menos de probabilidades de desarrollar obesidad. Por otro lado, aquellos que comen lento tienen un 42% menos de riesgo.

Además de esto, las personas que comen lento tendían a ser más saludables y tener un mejor estilo de vida que aquellos que comen rápido o a velocidad normal.

Sin embargo, el estudio no demostró que la velocidad al comer cause o prevenga la obesidad, solo sugiere que son factores asociados, remarcan los investigadores. Fueron liderados por el doctor Haruhisa Fukuda, del Departamento de Manejo y Administración de la Salud de la Escuela de Ciencias Médicas de la Universidad de Kyushu en Fukuoka, Japón.

Sin embargo, comer lentamente puede jugar un papel importante en disminuir el riesgo de obesidad, dice el doctor David Katz, director del Centro Yale-Griffin de Prevención, en Connecticut. Él no participó en el estudio.

“Las prácticas que ayuden a imponer disciplina y concentración al comer pueden ayudar a perder peso y mantenerse saludable”, dice Katz.

El equipo de investigación analizó datos de una una aseguradora de salud, de cerca de 60000 japoneses con diabetes que tuvieron chequeos regulares entre 2008 y 2013. Los chequeos incluían medida de cintura y de peso, resultados de exámenes de sangre, orina y funcionamiento del riñón. También se les preguntó a los paciente sobre sus hábitos, incluyendo alimentación sueño y uso de alcohol o tabaco.

Al inicio del estudio, más de 22000 personas comían rápidamente, mientras que 33500 comían a velocidad normal, y solo 4200 se alimentaban lentamente. Aunque las reducciones del tamaño de cintura eran mínimas, los cambios fueron más significativos en aquellas personas que comían lento o a velocidad normal.

Investigaciones anteriores han relacionado el comer rápidamente con niveles alterados de glucosa y resistencia a la insulina. Esto podría deberse a que las personas que comen rápidamente comen mucho más antes de sentirse saciados. Por otro lado, las personas que comen lento se sienten llenos antes de haber comido demasiado.

“Comer lento tiene sus ventajas y algunas desventajas”, dice Samantha Heller, nutricionista clínica del Centro Médico de la Universidad de Nueva York.  Por un lado, comer lento le da a nuestro cuerpo el tiempo suficiente para procesar qué y cuánto estamos comiendo, por ello comemos menos.

“Nos damos el tiempo de saborear el gusto, la textura, sabores sutiles”, dice Heller. “Los estudios demuestran que las personas que comen despacio, ingieren menos calorías, tienen una mayor sensación de saciedad y sus niveles de hambre decrecen”. Sin embargo, hay persona que comen más por el simple hecho de tener comida delante de ellos. Comer rápido está asociado con un riesgo mayor de desarrollar obesidad, enfermedades cardiovasculares y síndrome metabólico.