No todas las bacterias son malas, y así como en la boca y el intestino, en la vagina encontramos bacterias responsables de mantenerla en equilibrio. Libre de molestias e infecciones. Pero, ¿qué tan frágil es esta flora bacteriana?

Un estudio realizado por Lenka Vodstrcil en el Centro de Salud Sexual de Melbourne Australia, indica que las mujeres que tienen sexo (coito vaginal) sin protección pueden romper con el equilibrio bacteriano normal y estar en riesgo de padecer infecciones.

En el estudio, se compararon el tipo de bacterias presentes en las muestras de secreción vaginal de 52 mujeres jóvenes con diferente actividad sexual documentada, cada 3 meses por el periodo de 1 año. En las mujeres que tenían sexo sin protección, las especies de bacterias predominantes fueron Gardenella vaginalis y Lactobacillus iners. Ambas bacterias relacionadas con la vaginosis bacteriana, una infección molesta que causa mal olor y secreción vaginal anormal.

Lo que sugiere que, así como las enfermedades de transmisión sexual (ETS), otras bacterias causantes de infecciones vaginales también se transmiten sexualmente. Y su presencia puede indicar un mayor riesgo de padecer ETS.

Respuesta inmune

Pero como nada es absoluto, el sexo sin protección no necesariamente es malo para la vagina, siempre y cuando se trate de una pareja estable. Janneke van de Wijgert de la Universidad de Liverpool piensa que probablemente la flora vaginal se adapta a la flora presente en el pene de una pareja estable. El riesgo yace en tener sexo sin protección con múltiples nuevas parejas, que representan “un asalto para la vagina” quien “montará una respuesta inmune en contra de las bacterias, causando inflamación.”

Larry Forney de la Universidad de Idaho concuerda. “Existen alrededor de 100 millones de bacterias por milímetro de secreción vaginal, y 10 millones de bacterias por milímetro de eyaculación”. Cada adición al sistema genera un desequilibrio y un potencial riesgo de infección.

¿Qué hacer?

Mientras los investigadores se encuentran desarrollando probióticos que permitan restaurar la flora vaginal normal, existen formas en las que nosotros podemos protegerla. Los anticonceptivos orales promueven una flora saludable. También el uso regular de condones, que no solo protegen de enfermedades de transmisión sexual sino de otras bacterias dañinas.

Y no nos podemos olvidar de la pareja, manteniendo una adecuada higiene del pene, principalmente debajo del prepucio, los hombres ayudan a minimizar la propagación de bacterias durante el sexo.