Si algún familiar o persona cercana comienza a repetir conversaciones, hace una y otra vez las mismas preguntas u olvida palabras comunes, ¡ojo! Que podría ser Alzheimer. Esta enfermedad provoca la muerte de las células nerviosas y la pérdida de tejidos en el cerebro, como consecuencia hay pérdida de memoria, interfiere la comunicación verbal y la comprensión. El panorama es alarmante, pues una de cada ocho personas desde los 65 años en adelante padece este tipo de demencia.

El Alzheimer no tiene cura. Pero existen tratamientos que ayudan a que los síntomas se retrasen. Un diagnóstico temprano puede conseguir que la persona se mantenga independiente en sus actividades por más tiempo. Para determinar qué se trata de la enfermedad los especialistas realizan una serie de exámenes neurológicos, tomografías de cerebro y controles regulares.

Lo complejo es que en sus inicios es difícil de diagnosticar, pues olvidar ciertas cosas es parte de envejecer y puede confundirse con un comportamiento senil. Sin embargo, hay rasgos de una persona con Alzheimer que son determinantes: se extravían en lugares que visitan regularmente, tienen cambios de ánimo, olvidan bañarse o lavarse el cabello y comienzan a juzgar a otras personas. Si estos signos son evidentes, se debe acudir al doctor inmediatamente.

La enfermedad no sigue un curso determinado para todos los pacientes. Ha habido casos de personas que a los pocos años del diagnóstico presentan síntomas agudos y que han incrementado gradualmente en un ciclo de hasta 20 años. Lo cierto es que según las estadísticas, una persona con Alzheimer vive entre 3 y 9 años después de ser diagnosticada.

Para quienes padecen Alzheimer, vivir solos se convierte en un reto insuperable. Manejar dinero, pagar cuentas, cocinar, tomar a tiempo su medicina, incluso manejar, es una tarea de titanes, por eso es recomendable que siempre estén acompañados. Por su parte, hay actividades que ayudan a ganar coordinación, aumentan la concentración y bajan la ansiedad, como jardinería, caminatas, doblar sábanas o cualquier actividad repetitiva.

¿Cómo ayudar? Una persona con Alzheimer necesita muchos cuidados y nueva logística. Poner etiquetas en toda la casa ayuda, así recordarán apagar la luz, encontrar utensilios, o preparar comida más fácilmente. Claro que llegará un momento en que la persona no recuerde ni siquiera a sus seres queridos. Muchos llegan a ponerse agresivos o entran en un estado de desasosiego. En esos casos es mejor ingresar al paciente en una casa de cuidados especializada.

El Alzheimer es una enfermedad sin cura y degenerativa. La gran pregunta que se hacen organismos de salud, médicos e investigadores es ¿cómo prevenirla? aunque no hay nada determinante, sí está comprobado que hacer ejercicio regularmente y comer una dieta rica en vegetales, pescado o nueces, ayuda a fortalecer los tejidos y las células nerviosas.