Hoy en día el cáncer de pulmón es el más común tanto para hombres como para mujeres, cuando curiosamente hace apenas algunos años era muy raro. Sin embargo, por la incidencia que tiene en la actualidad y el índice de la mortalidad, es necesario aprender a reconocer los posibles síntomas para detectarlo lo más pronto posible.

Empecemos por la causa más común: fumar se relaciona de manera directa con 9 de cada 10 muertes de cáncer de pulmón. Los cigarrillos están cargados de químicos que ocasionan cáncer, además de que debilitan a los pulmones y su capacidad de defenderse. El resto de casos se relaciona con la contaminación y otros factores que desempeñan un rol menor en esta condición.

El cáncer de pulmón empieza como una enfermedad silenciosa, que no muestra síntomas en las primeras etapas. Sin embargo, mientras empeora podrás notar: una tos molesta que no se cura con pastillas, dolor en el pecho (sobre todo con respiraciones profundas), falta de aliento, tos con sangre o flema y mucha fatiga. Si tienes estos síntomas consulta de manera inmediata con un especialista, especialmente si eres fumador.

Un doctor hará los exámenes necesarios y una biopsia para poder diagnosticar de manera correcta esta afectación. La etapa en la que se encuentre afecta cómo será el tratamiento y qué procedimientos serán utilizados.

Es importante conocer que existen dos tipos, el cáncer de pulmón de células pequeñas es raro, más agresivo y ligado con los fumadores (muy rara vez se lo detecta en no fumadores) y el cáncer de pulmón de células grandes que crece de manera más lenta pero es responsable del 85% de los casos.

Si eres fumador, recuerda que nunca es tarde para cambiar de estilo de vida. Incluso si ya has sido detectado cáncer, dejar el cigarrillo hace mucha diferencia a la hora de mejorar. Esto afecta también a los fumadores pasivos. Por ejemplo, alguien casado con un fumador tiene el 30% más de probabilidades de tener cáncer de pulmón que una persona que no recibe humo de segunda mano. Y a pesar de que es menos común, la contaminación también juega un rol por lo que, de ser posible, trata de evitarla.