La diabetes tipo 2 o diabetes mellitus es una enfermedad crónica que afecta a aproximadamente 422 millones de personas en el mundo, siendo una de las principales causas de mortalidad en el mundo, acorde con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Aparece cuando el páncreas, una glándula del organismo, no produce suficiente insulina o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. El efecto de la diabetes no controlada, es el aumento del azúcar en la sangre. Existen 2 tipos de diabetes, la tipo 1, que se caracteriza por la ausencia de producción de insulina y la tipo 2 que se debe a la incapacidad del cuerpo para utilizar correctamente la insulina. Ésta ocurre, por lo general, en personas con sobrepeso y sedentarismo.

Recordemos que el azúcar en la sangre, la glucosa, es vital para que las células tengan energía. La insulina se encarga de introducir la glucosa a la célula, para que esta pueda ser utilizada. Si la insulina es deficiente o no funciona la glucosa no ingresa en la célula y se queda circulando en el torrente sanguíneo. Por ende los niveles de azúcar medidos en sangre se disparan.

Las personas que son diagnosticadas con diabetes tipo 2, por lo general, mantienen sus niveles de glucosa en sangre normales gracias a dieta, ejercicio y medicamentos. La manera de controlar sus niveles de glucosa, es con un dispositivo pequeño, llamado glucómetro, que con una gota de sangre, determina el valor de glucosa. Permitiendo a las personas diabéticas modificar la dosis de medicamentos, de acuerdo a sus requerimientos.

El cuerpo manifiesta de diferentes maneras cuando los niveles de glucosa son anormales, tanto en personas que desconocen que padecen la enfermedad, como en individuos con diabetes tipo 2 que no tienen un adecuado control. Descubre aquí estos importante síntomas de alerta.

Mucha sed y muchas ganas de orinar

Existe una triada clásica para el diagnóstico de la diabetes: polidipsia (mucha sed), poliuria (mucha ganas de orinar) y polifagia (mucha ganas de comer). Las dos primeras se deben al aumento de azúcar en la sangre. A medida que los riñones trabajan más para filtrar la cantidad de azúcar, también extraen más fluido de los tejidos, razón por la que aumenta la necesidad de ir al baño. La sed es la forma del cuerpo de decir que necesita reponer todos los líquidos que pierde. Los diabéticos mal controlados pueden deshidratarse rápidamente.

Cansancio extremo

En un diabético, la fatiga es otro signo de que el azúcar no está controlada. Cuando ésta permanece en el torrente sanguíneo, en vez de en el interior de las células, los músculos no reciben la fuente para generar energía.

Pies y Manos hinchados

La diabetes puede dañar la habilidad de los riñones para filtrar tanto toxinas como fluidos. A medida que el agua se acumula en el cuerpo, las regiones más distantes, los pies y las manos, se hincharán por simple gravedad. Si esto ocurre es un dato de alarma que indica probable falla renal. La insuficiencia renal no tiene porque ser el desenlace de un diabético, con un adecuado control de la glucosa en sangre, modificando hábitos y estilo de vida, se puede preservar la vida de los riñones.

Hormigueo y adormecimiento

Un signo que indica niveles crónicos de glucosa elevada en sangre, es el daño de los nervios, conocido como neuropatía periférica. El resultado, es hormigueo y adormecimiento de manos y pies, o incapacidad para sentir dolor o cambios de temperatura. Los diabéticos con neuropatía están expuestos a sufrir daños graves en sus pies, debido a la insensibilidad ante una lesión, permitiendo que una pequeña herida se transforme en una úlcera, que puede infectarse y tener un desenlace incapacitante, como lo es una amputación. La persona diabética debe tener un podiatra que realice revisiones periódicamente.

Mareo constante

Sentir mareo o temblores, puede ser un signo de niveles bajos de azúcar en la sangre. Como el cerebro necesita glucosa para funcionar, una baja súbita de los niveles de glucosa, es tan grave como los niveles elevados, incluso mortales. Cuando una persona diabética presenta estos síntomas, requiere valoración médica para un probable reajuste de su medicación o su dieta.

Problemas estomacales

Así como la diabetes afecta los nervios de la extremidades, también afecta los nervios que permiten al estómago vaciarse y mover la comida por el tracto digestivo. Cuando el estómago pierde esta función, se puede experimentar dolor abdominal constante, diarrea, constipación o incontinencia. Algunos diabéticos presentan también problemas para comer o tragar.

Pérdida de visión

Los niveles elevados en sangre pueden dañar las estructuras sensitivas en los ojos, amenazando la visión. La enfermedad conocida como retinopatía diabética, es causada por un daño en los vasos sanguíneos del ojo y es la principal causa de ceguera en el adulto. Visión borrosa, manchas, líneas o destellos de luz son signos que indican su presencia.

Pérdida de peso

Perder peso es siempre un objetivo ideal para los pacientes con diabetes tipo 2. Pero si se está perdiendo peso rápidamente, sin tratarlo o sin haber hecho cambios significativos, es posible que sea un signo de que los niveles de glucosa están muy elevados.

Infecciones recurrentes

Infecciones frecuentes o recurrentes pueden ser signos de azúcar elevada en sangre. La persona diabética puede presentar enfermedad gingival, infecciones de las vías urinarias, infecciones bacterianas o por hongo en la piel o infecciones vaginales. También podría llegar a presentar neumonía, otitis bacteriana severa o infección renal.

Heridas y moretones que no sanan

Si la glucosa en sangre está descontrolada, se pueden presentar lesiones que cicatrizan o desaparecen muy lentamente. La tendencia a lesiones, por pequeña que sea, es importante porque aumenta el riesgo de infecciones en las personas con diabetes. Las infecciones pueden empeorar los niveles de azúcar en la sangre, lo que hace luchar contra la infección, aún más difícil para el sistema inmunológico.

El control está en tus manos

Las complicaciones de la diabetes pueden ser aterradoras, la buena noticia es que el evitarlas depende de ti. Si un diabético sigue a conciencia el plan de tratamiento y toma su medicina con horario, tiene una dieta saludable y realiza actividad física, los niveles de glucosa en sangre se pueden mantener en regla.

Se debe adquirir un glucómetro para poder llevar registro de los niveles de glucosa y realizar ajustes en caso de que sean necesarios. Ante cualquier nuevo o inusual síntoma se debe acudir con el médico. Ante un cuadro de vómito, diarrea, mareo, adormecimiento, hormigueo o visión borrosa se debe acudir al hospital, ya que la descompensación puede ser inminente. La prevención es la clave para aprender a vivir una vida saludable con diabetes.

Fuente: WebMD