Sufrir de malos olores corporales puede dañar tu vida diaria, así que aquí te decimos algunas sorprendentes razones por las que sucede esto y cómo evitarlo.

El estrés hace más daño de lo que te imaginas. Aunque no lo creas, el sudor por sí solo no tiene mal olor, son las bacterias en la piel las que lo ocasionan. Cuando estás estresado, tu sudor es diferente y mezclado con las bacterias hace que el olor sea peor que de costumbre.

Otro lugar donde se puede acumular el mal olor es un sostén. Si eres mujer, seguro te ha pasado alguna vez que no podías identificar de dónde venía el olor. Recuerda lavarlos después de 2 o 3 puestas para evitar estos momentos incómodos.

Si el mal olor viene de tu aliento podría deberse a una dieta baja en carbohidratos. Cuando comes pocos carbohidratos, tu cuerpo utiliza la grasa almacenada para generar energía y produce un químico llamado cetona. Esto hace que tu aliento tenga un olor similar al quitaesmalte.

El alcohol también puede causar mal aliento. Ya sea una cerveza, una copa de vino o tu cóctel favorito, tu hígado transforma al alcohol en ácido y una parte sale a través del aliento o incluso del sudor. Si tomas mucho, esto sucede con certeza.

Existe también una condición curiosa llamada el síndrome de olor a pescado. Este síndrome llamado trimetilaminuria da al aliento, como su nombre lo dice, olor a pescado. Sucede porque algunas personas no pueden procesar de manera correcta los nutrientes en los mariscos. Para evitar esto puedes usar un jabón especial, lavar la ropa seguido y evitar el consumo justamente de mariscos.

Si tienes problemas con malos olores corporales, recetas caseras incluyen vinagre, bicarbonato de sodio y limón. Por ejemplo, una bolsita de bicarbonato en los zapatos ayuda a reducir el olor impregnado.

Si los olores afectan tu vida o se presentan de manera inusual consulta con tu médico.