Qué bien sientan esas copas un viernes por la noche tras una semana estresante, ¿verdad? O así piensas entonces, hasta que resulta que se te va la mano y al día siguiente amaneces en el infierno. O dicho de otra forma: te despiertas con chuchaqui.

Existen numerosos métodos populares para curar el chuchaqui. Casi se podría decir que uno o más por cada cultura del mundo. Sin embargo, ninguno de ellos está probado científicamente al cien por cien. Por lo tanto, confiar en ellos para tratarlo tras una noche de farra no es lo más recomendable.

A continuación, veamos las apuestas más seguras para que nuestro chuchaqui no sea mortal al día siguiente y cómo aliviarlo un poco cuando se de, algo que nunca será suficiente, lo sabemos.

Controla cuánto bebes

Si tenemos chuchaqui es porque bebimos demasiado alcohol en poco tiempo. Y más allá de la borrachera y del comportamiento que exhibamos durante ella, lo cierto es que ese exceso de alcohol nos perjudica: hace que nuestro hígado trabaje horas extra, reduce el azúcar en sangre y puede hacer que seamos menos capaces de combatir las infecciones. Además, el alcohol perturba el sueño, haciendo que nos despertemos con más frecuencia que disminuya la calidad general de nuestro descanso.

Ahora bien, ¿qué significa en concreto «exceso de alcohol»? Pues depende. El número de bebidas que causan chuchaqui depende de factores como edad, sexo, etnia y tamaño. Para la mayoría de hombres, con tomar entre 5 y 8 tragos, ya está garantizado. Para la mayoría de mujeres, es suficiente entre 3 y 5. Por lo tanto, toma nota de estos números como referencia, pero sobre todo fíjate en tu propia experiencia: los efectos pueden variar ampliamente entre diferentes personas, así que es importante ser consciente de los límites de cada uno.

Reduce el riesgo de chuchaqui con agua

Obviamente, tomar solo agua baja el riesgo de padecer chuchaqui a cero, pero no es a eso a lo que nos referimos. El alcohol deshidrata, y es por eso por lo que algunas veces nos sentimos sedientos tras tomar unos cuantos cócteles. El dolor de cabeza y el malestar general son resultado de esa falta de agua en nuestro cuerpo. Además, como el alcohol nos empuja a orinar más, perdemos más todavía.

Por lo tanto, ¿qué hacemos? Pues beber un poco de agua entre las rondas de bebidas alcohólicas para mantenernos hidratados, algo que además hará que frenemos el consumo de estas. Y a la mañana siguiente, beber agua o jugo. La sopa de pollo o las bebidas deportivas también pueden ayudar.

Reduce la intensidad del chuchaqui bebiendo cerveza y licores «blancos»

Los licores oscuros como el whisky, el vino tinto, el tequila y el brandy generalmente afectan con más rapidez y causan peores chuchaquis que el vino blanco, la cerveza o los licores claros como el vodka o la ginebra. Esto puede deberse a que los licores oscuros contienen más sustancias químicas para dar sabor y color. Pero ojo, que esto no es garantía de evitar el chuchaqui. Tenerlo, puedes tenerlo, pero de menor intensidad: no te sentirás tan mal con unos como con otros, pero seguirás sintiéndote mal si te pasas con los tragos.

Menos chuchaqui si comes antes y durante

Si comemos antes y mientras bebemos, nuestro cuerpo absorberá el alcohol más despacio y, además, beberemos menos. Cuando hay comida en el estómago, el alcohol no puede entrar directamente en el intestino delgado, que es desde donde pasa a nuestro torrente sanguíneo. Los alimentos ricos en proteínas, como el queso, son mejores para reducir los efectos del alcohol y pueden ayudar a prevenir el chuchaqui.

Reduce más las probabilidades del chuchaqui combinando con azúcar

Existe el mito, muy extendido, de que combinar licor con bebidas azucaradas empeora el chuchaqui. Por ello, recurren a mezclar con bebidas dietéticas. Pero es al revés: el azúcar hace que nuestro cuerpo absorba el alcohol más despacio. Por lo tanto combinar con bebidas azucaradas es mejor que con dietéticas.

Al día siguiente, apuesta por la sal y olvida el café

Tener galletas saladas para desayunar es una buena idea para combatir el chuchaqui al día siguiente. Los carbohidratos complejos, como las tostadas integrales y las galletas, pueden contrarrestar el nivel bajo de azúcar en la sangre y aliviar las náuseas. Y olvídate del café: hace que se seque aún más nuestro cuerpo. Si estás acostumbrado a él, no pases de uno solo para evitar que el dolor de cabeza empeore debido a la abstinencia de cafeína.

¿Qué no sirve para evitar el chuchaqui?

Ya lo hemos visto: en esto del chuchaqui hay muchos mitos. Para terminar, vamos a ver 3 de ellos para evitarlos y no poner nuestra fe en fórmulas que en realidad no funcionan:

  • Tomar licor antes de tomar cerveza: el orden de los factores no altera el producto. Lo que cuenta es cuánto bebemos y qué tan rápido lo hacemos. A nivel biológico, no hay diferencia. Pero a nivel psicológico sí, de ahí el mito. Y es que cuando bebemos licor, lo ingerimos más rápido, y al pasar a cerveza, esta la tomamos con más lentitud. Por lo tanto, parece que funciona porque, al hacerlo de esta forma, bebemos menos en general.
  • Tomar un analgésico antes de acostarse: no sirve de nada y hace que nuestro hígado se tenga que esforzar más a la hora de procesar todo lo que hemos bebido. Además, no notaremos ningún efecto especial al día siguiente. Si acaso, mejor tomarlo al día siguiente si es necesario, optando por el ibuprofeno o la aspirina ya que no dañan al hígado, aunque pueden irritar el estómago. Hay que evitar el acetaminofeno, que puede causar inflamación y daño hepáticos.
  • Infusiones especiales: abundan las infusiones que dicen tener la capacidad de curar el chuchaqui, pero no hay mucha evidencia científica al respecto. Un estudio de 2004 demostró que tomar extracto de tuna 5 horas antes de beber alcohol puede aliviar las náuseas, la boca seca y la falta de apetito en algunas personas. Pero los expertos dicen que no se han hecho suficientes estudios para demostrar con seguridad que cualquier remedio a base de hierbas funciona.