Hay días en los que dormir se vuelve la tarea más difícil de todas. El sueño normalmente se ve influenciado por lo que haya sucedido durante la mañana pero siempre existen alternativas para poder hacerlo tranquilamente.

Aunque parezca contraproducente, si la persona no puede dormir, lo mejor que puede hacer es levantarse de la cama. Los expertos aseguran que estar estresado mientras se intenta dormir va a hacer que la persona asocie sentimientos negativos con el lugar en el descansa. En estos casos es mejor ir al sillón a leer un libro hasta que se sienta somnoliento.

No usar el teléfono antes de dormir es uno de los consejos más importantes y más efectivos y existe una razón científica detrás de ello. La luz azul de la pantalla puede engañar al cerebro y hacerlo pensar que es de día, por lo que conciliar el sueño va a ser muy difícil. Se recomienda que la persona deje de usar el teléfono 30 minutos antes de su hora de dormir. Este principio también se aplica para el resto de las luces de la casa. Si se dispone de un regulador, será fácil ajustar la iluminación y disminuirla unas horas antes de irse a dormir. Esto es ideal porque la luz baja hace que el cerebro produzca melatonina, la hormona encargada del sueño. Si la persona tiene el hábito de leer antes de dormir, utilizar una bombilla de 15 watts para hacerlo es lo recomendado.

Relajarse y meditar también son herramientas efectivas. El cuerpo produce hormonas estresantes si es que la persona está ansiosa. Para combatir esto, se debe relajar el cuerpo. Al concentrarse en relajar el cuerpo, una parte a la vez, empezando por los pies y ascendiendo, las personas normalmente se quedan dormidas antes de llegar a la cabeza. Ver el reloj justo antes de dormir puede aumentar la ansiedad y hacer que sea difícil quedarse dormido. Aunque el despertador debe estar cerca para el siguiente día, conviene darle la vuelta para no ver la hora a cada momento, especialmente si la persona está teniendo problemas para quedarse dormida.

Aunque no parezca lógico, una manera de quedarse dormido es intentando mantenerse despierto. Esto sucede porque es más fácil dormir cuando la persona no está concentrada activamente en ello. Un estudio demostró que obsesionarse con mantenerse despierto, de hecho, tiene el efecto contrario, por lo que es una buena estrategia a la hora de dormir.

Nunca está demás subrayar la importancia de tener un horario y una rutina por la noche. Entre más constante sea la persona con su hora de dormir, más fácil será cada noche conseguirlo sin mucho esfuerzo. El cuerpo empezará a reconocer más rápidamente a qué hora debe empezar a “apagarse”.

Realizar una actividad que no requiera ningún esfuerzo mental también ayuda a que el cerebro se relaje y se prepare para la hora de dormir. Por ello, no se recomiendan libros difíciles o con una trama demasiado complicada para antes de dormir. Por otro lado, actividades simples, como contar del 100 al 1 son efectivas. Entre más aburrida sea la actividad, más fácil será conciliar el sueño.

Fuente: WebMD