En las últimas décadas, la cirugía bariátrica ha revolucionado el manejo de la obesidad, permitiendo a personas afectadas por múltiples enfermedades debido a su peso, recobrar su calidad de vida e incluso librarse de las consecuencias médicas potencialmente letales, derivadas de su enfermedad de base.

Una cirugía bariátrica es el conjunto de procedimientos quirúrgicos usados para tratar la obesidad, buscando la disminución del peso corporal, siendo una alternativa al tratamiento a los medios no quirúrgicos y convencionales.

Un estudio realizado por el Dr. Francesco Rubino del King’s College de Londres, observó los resultados de 53 pacientes obesos que padecían diabetes tipo 2, a lo largo de 5 años. Los pacientes fueron escogidos al azar, para que se les realice uno de dos tipos de cirugía bariátrica o que continúen con su tratamiento farmacológico convencional para la diabetes.

El estudio encontró que 16 de los 38 pacientes sometidos a cirugía, mantuvieron remisión completa de la diabetes tipo 2 tras 5 años del procedimiento, comparado con ninguno de los 15 pacientes con tratamiento medicamentoso. Los pacientes operados que no tuvieron remisión completa, igual presentaron niveles de glucosa en sangre mucho menores que los que presentaban previo a la cirugía. Además el grupo quirúrgico requería de muchos menos medicamentos, tanto para la diabetes como para el corazón.

“Este es un estudio muy importante, porque es el primer estudio aleatorio que compara a la cirugía con medicamentos, en un lapso de 5 años” comenta el Dr. Philip Schauer, quien dirige el Instituto Bariátrico y Metabólico de la Clínica Cleveland.

El Dr. Rubino afirma, que la habilidad de la cirugía para reducir la necesidad de insulina y otras medicinas para la diabetes, sugiere que la opción quirúrgica es un técnica terapéutica costo-efectiva para tratar la diabetes. De igual manera, otro estudio del 2014, reportó que personas obesas sin diabetes que se sometían a una cirugía, también tenían menor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro.

Otro beneficio encontrado en el estudio, fue que tras 5 años de la cirugía, el riesgo de padecer una enfermedad cardiaca disminuye en un 50%, en relación al grupo con manejo farmacológico. Disminuyendo a su vez, el riesgo de padecer infarto de miocardio, accidente cerebrovascular y enfermedad renal. Ninguno de los pacientes quirúrgicos murió durante el seguimiento.

A los pacientes sometidos a cirugía, se les realizó uno de los siguientes procedimientos: un bypass gástrico que se caracteriza por una reducción del tamaño del estómago y una reconexión pequeña del intestino delgado, o una derivación biliopancreática que se caracteriza por un bypass intestinal más extenso.

Existieron pros y contras de cada método, con la derivación biliopancreática existió mayor tasa de remisión de la diabetes tipo 2, pero los pacientes con bypass gástrico tuvieron menos efectos secundarios nutricionales y mejor calidad de vida.

En todos los grupo se utilizaron valores de glucosa en sangre, necesidad de medicamentos para corazón y diabetes, niveles de colesterol, complicaciones propias de la diabetes y de la cirugía, así como calidad de vida en general, para valorar y comparar su evolución.

A pesar de que es un estudio relativamente pequeño y se requieren estudios más extensos, los hallazgos muestran que la cirugía es durable a largo plazo, y es un procedimiento relativamente seguro, con una tasa de complicaciones muy bajas, afirma el Dr. Schauer.

El problema de la cirugía, como de cualquier procedimiento quirúrgico, son el riesgo del procedimiento, el tiempo de recuperación y el costo. El Dr. Schauer comenta que lo esperable es que gracias a los hallazgos encontrados, en un futuro cercano los costos disminuyan, permitiendo a más personas acceder a ésta opción.

Es importante tomar en cuenta, que para la realización de una cirugía bariátrica, los pacientes deben cumplir con determinadas características para considerarse candidatos a cirugía:

  1. Edad entre 18 y 60 años.
  2. Índica de Masa Corporal (IMC) > 40 kg/m2 o un IMC de 35-40 kg/m2 asociado a comorbilidad mayor (Diabetes Mellitus tipo 2, Hipertensión arterial sistémica, apnea del sueño, dislipidemia, enfermedad articular)
  3. Obesidad con evolución mayor a cinco años.
  4. Fracasos repetidos al tratamiento médico.
  5. Riesgo quirúrgico bajo a moderado.
  6. Ausencia de contraindicaciones psiquiátricas (psicosis, bulimia, etc.).
  7. Ausencia de alcoholismo o farmacodependencia.
  8. Ausencia de contraindicaciones médicas (nefropatía avanzada, neoplasias, etc.).
  9. Ausencia de alteraciones endocrinas “activas”.
  10. Capacidad de comprensión y colaboración.
  11. Compromiso de seguimiento postoperatorio

Por lo que, se debe consultar con un especialista antes de considerarla como opción.

Fuente: Everyday Health