No hace mucho, una corte italiana determinó que usar de manera intensiva el celular causó a un hombre un tumor benigno. Esto despertó de nuevo la polémica, que se reaviva cada cierto tiempo, acerca de si usar teléfonos móviles incrementa el riesgo de cáncer. Y a pesar de lo que dijeron desde la ley, desde la ciencia se sigue insistiendo en que no hay pruebas convincentes de que esto sea así.

El hombre, Robert Romeo, declaró que él estuvo durante 15 años hablando alrededor de 3 horas diarias a través de un celular cuando estaba trabajando para una empresa de telecomunicaciones. En 2010, se le diagnosticó un tumor benigno en su oído derecho. La extirpación le hizo perder la audición de ese oído.

Es comprensible que si una persona pasa años con un celular pegado a su oreja, culpe al teléfono de lo que le ocurra en ella. Pero lo cierto es que correlación no significa causalidad.

La noticia que circuló hace unos meses no nombraba el tipo de tumor que tenía Romeo, pero tomando en cuenta el hecho de que era benigno y que provocó la pérdida auditiva, parecería ser un neurinoma del acústico, también llamado neurinoma o schwannoma vestibular.

Estos tumores se desarrollan en las células que rodean al nervio del oído, y por lo general ocurren sólo en un lado. Esto significa que la mitad de las personas que sufren reciben neurinoma de esta clase lo padecerán en el oído que normalmente utilizan escuchar a su interlocutor a través del teléfono.

Entonces, ¿por qué el tribunal italiano decidió que el uso de teléfonos celulares de Romeo era la culpa? El tribunal aún no ha emitido su razonamiento, pero una sentencia similar, también en Italia pero en 2012, se basó en un par de estudios que encontraron un vínculo entre el uso intensivo de teléfonos celulares analógicos y algunos tipos de cáncer, incluidos los neurinomas del acústico.

Estos eran estudios en los que se le preguntaba a gente ya diagnosticada con el cáncer acerca del uso que hizo en el pasado pasado del teléfono. Otros estudios similares no han logrado encontrar un vínculo entre los celulares y los tumores. Y además, este tipo de estudio es conocido por ser una forma defectuosa de identificar los factores de riesgo de enfermedades.

Existen estudios que son más confiables y que implican preguntar primero a los participantes sobre su estilo de vida y luego hacerles seguimiento hasta ver quién desarrolla cáncer. En 2013, el estudio de este tipo más grande realizado hasta ahora reportó un vínculo entre teléfonos y neurinomas del acústico, pero no otros tipos de cáncer. Sin embargo, cuando se agregaron datos que abarcaban un período más largo, el vínculo de desvaneció.

Que ocurra esto no es sorprendente, dado que no hay una razón obvia por la que los celulares puedan causar cáncer. La radiación electromagnética de alta energía, como los rayos X, puede dañar directamente el ADN, algo que no puede hacer la radiación de baja energía de los teléfonos.

En teoría, por supuesto, podría haber mecanismos que todavía no conocemos. Es por eso que la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer de la Organización Mundial de la Salud adoptó un enfoque cauteloso listando los teléfonos móviles como «posiblemente cancerígenos» desde 2011.

Pero tal vez la razón más importante para no preocuparse es que si el uso de teléfonos móviles incrementa en gran medida el riesgo de cáncer, a estas alturas ya deberíamos estar viendo un enorme salto en la incidencia de la enfermedad, y eso no parece estar sucediendo. Algunos estudios han informado de un pequeño aumento en ciertos tipos de cáncer, incluidos los neurinomas del acústico, pero esto se atribuye generalmente a un aumento de las tasas de diagnóstico gracias a la exploración por resonancia magnética.

Así que si estás preocupado por el cáncer, céntrate en las grandes causas comprobadas como el tabaquismo, el alcohol y los virus como el VPH. Asegúrate de que tus hijos estén vacunados contra estos virus, por ejemplo. Eso los protegerá mucho más que tratar de limitar el tiempo de uso de su teléfono.

Fuente: New Scientist