Existen muchos mitos y creencias populares alrededor del consumo de sal, como que aumenta la sed y la ingesta de agua o que es un factor de riesgo para las personas con hipertensión arterial. ¿Cuáles de estas creencias son ciertas? ¿Hay más datos por descubrir? Aquí te los contamos.

Un estudio reciente conducido por el Dr. Jens Titze, médico y profesor asociado de medicina, fisiología molecular y biofísica en la Universidad de Vanderbilt en Nashville, Estados Unidos, señala la importancia de investigar propiedades de la sal antes desconocidas, como su aparente rol en el hambre y la ganancia de peso.

Al parecer la sal podría motivar a comer en exceso. “Hasta ahora, solo nos hemos enfocado en el efecto de la sal en la presión arterial, es hora de expandir nuestros conocimiento de la sal en la dieta” afirma.

La Sal y el Espacio

Titze fue el investigador principal de un estudio poco común, su equipo tuvo acceso a un grupo bastante particular de sujetos: 10 astronautas rusos en preparación de rigor para un viaje a Marte. La simulación del viaje espacial, misma que duró meses, les permitió tener un ambiente controlado como ningún otro, supervisando la cantidad de comida, los ingredientes, el gramaje de sal, los horarios, etc.

Durante todo el estudio la dieta de los astronautas no varió, excepto por una sola cosa: el gramaje de sal en la dieta. El estudio se dividió en 3 etapas, en la primera los astronautas ingirieron 12 gramos de sal diarios (el doble del recomendado) por algunas semanas, posteriormente se redujo a 9 gramos de sal al día y en la última etapa, la ingesta fue de 6 gramos de sal al día.

El objetivo inicial era probar la creencia de que la comida salada aumenta la sed. Para su sorpresa, el primer hallazgo inentendible fue que mientras mayor cantidad de sal consumían los astronautas, menor cantidad de agua tomaban. Además, notaron que se quejaban de hambre cuando la dieta era alta en sal, a pesar de ser la misma cantidad de comida. A largo plazo, el aumento en el apetito podría tener como consecuencia comer en exceso y ganar unos kilos.

La salud y la sal

El sodio, un elemento químico, es el mayor componente de la sal y es una parte esencial de la dieta. No solo añade sabor sino que cumple con funciones importantes en los músculos, nervios y ayuda al balance hídrico de nuestro cuerpo.

La creencia de que el sodio afecta a la presión arterial es cierta, si los niveles de sodio están muy altos, la presión arterial aumenta también. Niveles elevados de presión arterial a lo largo de la vida tienen consecuencias potencialmente mortales. Puede conducir a la presentación de un infarto, un accidente cerebrovascular, enfermedad renal y más.

Debido a esto, las guías dietéticas americanas recomiendan que el consumo de sodio no debe sobrepasar los 2.3 gramos al día, lo que corresponde a una cucharadita de sal. Sin embargo la American Heart Association indica que el objetivo ideal es consumir no más de 1.5 gramos de sodio al día. La realidad es que el consumo promedio de la población es de 3.4 gramos al día.

En los últimos años se han realizado múltiples investigaciones en relación al consumo de sal y la obesidad con los siguientes resultados:

  • En el 2015 un grupo de investigación británico-china, reportó que comer 1 gramo de sal extra al día aumenta el riesgo de obesidad infantil en un 28% y en el adulto en un 26%.
  • En el 2016 un estudio australiano publicó que existe un vínculo entre las dietas altas en sal y un incremento del 23% de obesidad en escolares.
  • Otro estudio australiano en el 2016, asoció a la sal con un incremento del 11% en la cantidad de comidas y calorías que los adultos consumen.

Los diferentes autores desconocen cuál es el mecanismo por el que ésto ocurre. Se proponen diversas teorías, como que al mejorar el sabor de la comida, también aumenta su ingesta o que aumenta el consumo de bebidas hipercalóricas o que quizás cambia la manera en la que el cuerpo quema la grasas. Ninguna de ellas has sido probadas.

La sal y los ratones

Después de las dudas generadas con los astronautas, los investigadores decidieron experimentar en ratones para encontrar respuestas. Los estudios confirmaron los hallazgos, cuando los ratones comían dietas altas en sal, sus hígados producían una sustancia llamada urea, encargada de mantener el balance del agua corporal. La producción de urea requiere de mayor energía. Titze explica, la producción de urea requiere comida, específicamente proteína, ésto puede explicar la causa del hambre en los astronautas.

Muchos médicos, profesores de diversas facultades de Medicina en los Estados Unidos, muestran interés en los hallazgos del estudio y concuerdan en que es claro que los mecanismos relacionados con el apetito son muy complejos y aún lejos de ser comprendidos en su totalidad.

Por su parte el Dr. Titze autor del estudio aconseja: «Si estás en una dieta y tratando de reducir la cantidad de alimentos que comes, pero siempre tienes hambre, piensa en cuánta sal consumes. Tal vez la reducción puede ayudarte”.

Consejos para reducir el consumo de sal

Reducir la cantidad de sal puede ser difícil, dice Lauren Blake, nutricionista del Wexner Medical Center de la Universidad de Ohio. Aquí algunos consejos:

  • Trata de que las comidas principales se preparen en casa. La comida procesada y de restaurantes, por lo general, contienen mucha sal.
  • Disminuye el consumo de aderezos, salsa de tomate, salsa de soya y similares, ya que contienen grandes cantidades de sodio.
  • Reduce el consumo de sal gradualmente para que las papilas gustativas se adapten. Si lo haces tajantemente la comida estará desabrida y poco apetitosa.
  • Sasona tus comidas con hierbas secas como el ajo y la pimienta negra. Mientras más sabor tenga la comida, menos sal necesitará.
  • Prueba la comida siempre antes de usar el salero, puede ser que no necesite extra sal.

Fuente: WebMd